Capítulo Único

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-Aquí tiene, señor. Habitación 201, esta es la tarjeta que abre la puerta y en esta bolsa tiene la clave de la caja fuerte, el control del aire acondicionado y del televisor. Al lado del teléfono encontrará la lista de números de la recepción, el bar y el garage. -La chica de recepción amablemente me explicó todo lo que tenía que saber en un perfecto inglés y se despidió con un Aloha muy educado.

El hotel era grande y con una decoración Hawaiana tradicional. Grandes ventanales adornaban la entrada y me dirigí a paso lento hacia el ascesor.
Mi habitación estaba en el tercer piso y al llegar noté rápidamente la caja en la cama, el collar de flores y el cisne hecho con toallas a un lado.

Un cisne con toallas, que absurdo. Yo no podía ni doblar un papel sin romperlo y ellos hacían cisnes con toallas.

La caja tenía un lazo azul que no tardé en sacar, y al abrirla el olor a chocolate me llenó las fosas nasales. Sonreí por ello.

"Gracias por elegir nuestros servicios. Disfrute de su estadía en nuestro hotel 🌺

Ohana Waikiki Corp."

Dejé la nota dentro de la caja nuevamente y saqué un chocolate.

La habitación era espaciosa. Una cama matrimonial, un baño, un mini bar, televisión, aire acondicionado y, lo mejor, una ventana que me daba las vistas más hermosas del mar que había tenido.

Una ducha rápida para relajarme luego de un largo viaje, un cambio de ropa, el celular, la cámara y estaba listo para recorrer Honolulu. Tenía dos semanas de vacaciones de ahora en adelante y planeaba aprovecharlas.

Al bajar a recepción lo primero que me dió curiosidad fue el gran bar rústico que estaba casi en la orilla del mar, sobre la arena, así que allí me dirigí. Era ameno, grande y familiar. La gente iba y venía, en pareja o con niños. Y el ambiente se notaba tranquilo.

-¡Bebé, hasta que llegas! Estaba esperándote -Una voz áspera y un tirón en mi manga me exaltaron. En un par de segundos ya estaba fuera del bar, siendo instruido para sacarme la cámara del cuello y colocarme un chaleco salvavidas.

-¿Qué?

-Vamos, estos hombres fueron tan amables de regalarnos un viaje en la banana inflable por nuestra luna de miel ¿no es grandioso? -Yo no entendía nada. Por el shook de la situación me dejé hacer y subí a la banana, justo detrás del pequeño mentiroso que tenía ahora entre mis piernas.

Que mal sonaba eso.

Una vez en el mar, el desconocido volteó a verme. Una gorra medio tapaba su rostro, por lo que no noté su atractivo hasta ese momento. Nariz respingada, labios pequeños pero carnosos, un par de ojos rasgados y cabello castaño. Un traje de surf color negro cubría casi todo su cuerpo, y si no fuera por su mano que me tendió y su rostro ligeramente colorado por el sol, no hubiera notado lo blanco que era.

-Min YoonGi - Discimuladame estreché su mano, mientras la banana avanzaba lento sobre el agua.

-Kim NamJoon, un gusto.

-Mucho gusto, NamJoon-ssi.

-¿Me explicas qué acaba de pasar?

-Le daban viajes gratis a los recién casados. Estaba a casi 10 dólares una subida a esta banana de mierda, no iba a pagar tanto.

-Y entonces me hiciste tu esposo -Respondí divertido.

-Estás disfrutando de un lindo viaje en banana por el mar de Honolulu totalmente gratis. De nada. Ahora abrázame y sujetate porque el chico de la lanza nos está mirando raro y no quiero que sospeche. -Una carcajada me brotó de la garganta. No tardé en envolverlo con mis brazos, tomando el seguro que estaba entre sus piernas.

Oportunistas en Hawaii [NamGi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora