Prologo

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Es absurdo lo tanto que debe de trabajar un estudiante para tener a su "cuidadores" contentos, es tan agotador tratar de ser un buen estudiante y trabajar en 4 lugares distintos cada dia y lo peor es que muy poco dinero queda para mi y no lo pudieran agradecer esos inutiles que tengo de "padres".

-SEBASTIAN!!, SEBASTIAN!!!, EN DONDE CARAJOS TE METES MOCOSO INUTIL?!?!?- me grita desde su comodo sofa Miguel, el hombre que se supone es mi padre.

-¿Que quieres ahora Miguel?, ya te traje tu asquerosa cerveza y tu botana, me tengo que ir a trabajar- el idiota solo me mira con cara de pocos amigos y me avienta unas palomitas del bowl que tiene en sus piernas -Inutil, ¿ya hiciste la comida para mi amada esposa?- esa amada esposa que tiene es una maldita, simplemente ruedo los ojos y me acerco a la puerta ante su atenta mirada -si, la comida ya esta en las ollas, si tienen hambre vayan y calientenla, se me hace tarde para ir al trabajo- abro la puerta y me grita -mocoso mala agradecido te tienes que quedar a alimentarnos- me giro hacia el y con la sonrisa mas falsa que pude poner le dije con toda la sinceridad del mundo -si no fuera a trabajar no tendriamos dinero, si no tubieramos dinero no les podria hacer la comida y cumplirles todos sus caprichos, si me disculpas se me hace tarde para ir a trabajar- me giro y cierro la puerta de un portazo para no escucharlo hablar mas.

El estar con estas personas es sin duda agotador, el recordar que mis padres ya no estan me duele y el que me tuve que quedar con los odiosos de mis tios es peor, son gente buena para nada, nunca crei que me quedaria huerfano a los 12 años y que he pasado 5 años en este suplicio. Tomaria el autobus para llegar rapido a mi trabajo por que ya era tarde, pero decidi caminar para despejarme.

He caminado por 2 horas pensando en que hice mal y que podria hacer para acabar con este sufrir de trabajar y estudiar a diario pero al fin llegue a mi trabajo, es un restaurante muy bueno y muy fino en donde la paga es demasiado buena y de donde he guardado todo lo que puedo para mi.

Llegando vi a Marissa, mi ex, pero hemos quedado en buenos terminos y ahora somos muy buenos amigos, casi confidentes, creo que es normal ya que solo duramos 1 mes.

-Dime, por que ahora llegas tan tarde tonto, tuve que inventar un millon de excusas del porque todavia no llegabas- me miro muy fijamente para decirle todo ya que siempre andaba preocupada, mientras me ponia el mandil le conteste con una sonrisa sinsera- no tienes de que preocuparte solo no tome el autobus y camine hasta aqui eso es todo, no te preocupes niña- puse mi mano en su cabeza y revolvi su pelo antes de alejarme de ella y me encamine a la ventana del restaurante a esperar al primer cliente.

Mientras caminaba una voz me llamo pidiendo la atencion para que se tomara su orden, no preste mucha atencion pero me gire para ir en su direccion, llegue a su mesa y pedi su orden mientras solo miraba mi libreta esperando a que me contestara -necesito que me traigas solo agua y talvez un cafe para bajar mi enojo- su voz era suave pero grave y aunque escuche que estaba enojado no note ni una pisca de enojo en ella.

Alce la cabeza para verlo mejor, me sorprendi de inmediato al ver que... era el hombre mas.... apuesto que habia visto en toda mi jodida vida.

Dejame quererte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora