Hasta el más lejano planeta
no descubierto
se escucha mi corazón
cuando te veo.
¿Quién puede poner en dudas
que yo te quiero
si en todas partes retumban
mis sentimientos?
Una mirada, si es tuya,
desata el eco
de lo que guarda y oculta
mi pensamiento.
Y si no pienso, te siento
y me revelo
en un latido que inunda
el Universo.
Si no te siento, te sueño
y sigo preso
de tu recuerdo, callando
lo que no puedo.
Tal evidencia delata
que te deseo
que necesito dos almas
para tu cuerpo.
Lo saben todos. Tal vez
allá en México
se haya escuchado también
cuánto te quiero.