29. Confianza

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Jaemin estaba en su habitación jugando con el celular de Junmyeon,  su primo se lo había olvidado, eso era algo bueno para el niño ya que podría jugar con el todo el día. Hasta podría llevárselo la escuela. Sus amigos moririan de la envidia. Los carritos ya no serían el centro de atención y Jeno no podría presumirlos esta vez.

– ¡Jaemín, apresúrate! – grito su madre, ya que ella lo llevaría ese día.

El niño puso el celular su mochila y con una sonrisa de oreja a oreja salió de su habitación corriendo de salto en salto hacia donde se encontraba su madre.

La mujer estaba en la cocina acomodando el desayuno en un recipiente para que Jaemin se lo comiera en el camino,  era muy tarde y si se quedaban a desayunar, ella no llegaría al trabajo a tiempo,  y no quería más descuentos.

- Ponte el cinturón ,cariño.

Le indicó al niño cuando ambos ya se encontraban en el taxi. Saco el desayuno del infante, y se lo acomodo para que pudiera comer en el transcurso del viaje.

El niño devoraba su emparedado de pollo mientras observaba las calles por la ventana lo más tranquilo hasta que algo empezó a vibrar en su mochila.

El niño entro en pánico, esperaba que su madre no lo descubriera, porque si no, lo castigaría sin videojuegos por una semana y eso no debía pasar, tenía una relación seria con su consola, estaban a punto de casarse, y separarse de ella por una semana arruinaría su relación, especialmente porque se atrasaria con los niveles.

- ¿Que sonó cariño? – pregunto la mujer mientras se maquillaba utilizando el reflejo de la ventana como espejo.

– ¡Nada mami! Fue un pedo – dijo sin pensarlo mordiéndose la lengua al final de la oración por que había dicho algo realmente vergonzoso y poco creíble – ¿Lo siento?

Por suerte la mujer ni se había tomado la molestia de escucharlo así es que su poco creíble mentira no había sido captada por la mujer,  Eunha siguió pasándose el delineador por los ojos en silencio.

El pequeño se mantuvo estático con el emparedado en sus manos, el celular no volvió a sonar, Edo fue un alivio para el niño.

– Pórtate bien en la escuela, cariño – dijo la mujer cuando le abrió la puerta del auto para que bajase.

Ya habían llegado al destino del infante, el niño bajo con su mochila y el emparedado en la mano. Se despidió de su madre y camino hacia la puerta de su escuela.

Entro al establecimiento, Jaemin era el niño ignorado en la escuela, casi nadie lo notaba, el niño tampoco se esforzaba en socializar, ya se había acostumbrado a estar solo, a veces cruzaba palabras con unos de sus compañeros, pero muy pocas veces, pero de todas formas era un niño feliz.

– ¿Que es eso, Jaemin?

Ya había llegado al aula, se sentó en una de las carpetas, las cuales eran de dos. El salón estaba casi vacío, bueno su madre lo había dejado muy temprano.

– Nada...– musitó el niño de cabellos castaños. 

Jeno arqueo la ceja jalando la mochila ajena que estaba encima de la carpeta.

Había visto a su compañerito buscando algo dentro de su mochila pero sus manos estaban mucho tiempo dentro, ¿Estaba jugando con algo? En si el niño estaba buscando en buzón de mensajes para leer el último que le había llegado, bueno a su primo le habia llegado.

– Wow,  ¿Es tuyo? – dijo Jeno sorprendido al ver el celular que estaba en la mochila de su compañero.

– No es mio....  ¡Y dámelo! – Jaemin le quito rápido el aparato y lo puso debajo de su carpeta.

Hablame solo a mi [SuLay - Exo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora