Los días pasaron, y el malestar por los tequilas, el sentimiento de infinidad y el poco dinero que me quedaba fueron desapareciendo.
Maximiano no llamo al día siguiente, ni el que viene después, ni martes, miércoles o jueves, para ser exacta no llamo nunca y después de una semana dudo que lo haga. Tres días después de esperar y no ver siquiera un mensaje suyo, decidí eliminar su teléfono de mis contactos y así eliminar cualquier tipo de tentación, tenía que concentrarme en encontrar trabajo y dejar de pensar en ese tonto escritor.
Ahora estoy aquí mirando el techo de una habitación que no es mía e imaginando los detalles que le pondré a las paredes de mi loft, cuando logre tener uno.
Toda la semana busque trabajo y deje aplicaciones en más de 18 lugares, así que hoy y mañana esperaré alguna respuesta y de no ser así el lunes fingiré de nuevo que me peino e iré a dejar 18 más. Siempre me han dicho que los viajes te cambian, y no hay mejor forma de comprobarlo que estando aquí. Volar lejos, a un lugar desconocido, sin ninguna compañía certera a excepción de la mía, me está cambiando, me ha fortalecido tremendamente, me ha dado nuevas alas. En una semana le he perdido totalmente el miedo al metro y a los vendedores ambulantes, ya no salto del susto cuando los acosadores que venden cup-cake me abordan por las calles y casi logro decirles no, sin culpa alguna. Las cosas no van mejor de lo que esperaba, y espero que sigan mejorando.
Paso el fin de semana revisando el correo electrónico cada quince minutos y no llega nada de lo que espero, pero a justo a las cero horas del lunes, llega un mensaje que me alegra totalmente el alma, no era el tonto de Max, era Lucía mi mejor amiga, el mensaje decía lo siguiente:
"Sé qué faltan exactamente 8 meses para tu cumpleaños, pero sé también que 8 es tu numero favorito y que ahora eres oficialmente foránea, así que adelante tu regalo, revisa tu cuenta de banco, sé que soy la mejor, no hace falta que lo digas, bye. "
Antes de ver mi cuenta quise llorar y abrazarla por dos horas seguidas, ella era una de las pocas personas que me gustaba abrazar, amaba profundamente a esta mujer.
En mi cuenta había 2000 pesos de regalo, algo así como 2 semanas de vida, estaba lista para salir mañana, desayunar tres tacos de canasta y comerme esta ciudad.
En mis largos recorridos, había buscado oportunidades en bufetes de abogados y notarias, nada había resultado así que decidir ampliar mi lista de oportunidades, fui a varios restaurantes y termine llegando a un Cine enorme que estaba en la plaza comercial más exclusiva de la ciudad, si iba a trabajar en un cine, sería en el mejor, el anuncio decía en letras rojas "Buscamos nuevos socios, para staff multifuncional", la palabra socio se escuchaba bien, aunque sabía que terminaría vendiendo tickets o limpiando baños, pero amaba el cine y no podía ser tan malo, o eso creía.
Durante la noche prepare todo, para no ir con prisas en el primer día, mi nuevo trabajo queda a una hora de mi casa, pero disfruto el trayecto, me gusta caminar y observar, me gusta oler y ver los colores tan vivos de mi México.
Entro a la plaza y pese al tumulto de gente llego con quince minutos de anticipación, las puertas del cine siguen cerradas. Exactamente a las ocho de la mañana abren la puerta de servicio y al verme peinada con molotte bajo y vestida con pantalon cafe crema, me invitan a pasar, entro y me explican los derechos y obligaciones que tendré, podre ir dos veces por semana gratis y si logro ser la empleada del mes por tres meses consecutivos, podre estar en las premieres durante un año, de las obligaciones no hace falta resaltar mucho es simplemente atender con una sonrisa y mucha disposición.
En los últimos ocho días no he tenido una conversación que valga, mi vida ha sido un ir y venir, pero estoy encontrando la estabilidad que buscaba y con mi primer sueldo podre mudarme.
Sin embargo siento que estoy estancanda, que nada está pasando a excepción de la vida, ya no se tan claro lo que quiero, no sé si realmente quiero ser abogada y si de verdad quiero estar aquí, pero sé que no quiero estar en mi pequeña ciudad, estoy en un proceso de crisis existencial muy extraño, que supongo que es parte del crecer, llevo tres días comiendo palomitas y cereal, sin rumbo, mañana llega la dueña de esta cama, así que hoy seguiré existiendo y sin más prorrogas, mañana que me paguen mis primeros 8 días laborales y mis 7 horas extras, empiezo a vivir.
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2000 Formas
Ficção AdolescenteAlex cree ser feliz, con un futuro prometedor y una sonrisa grande anda por la vida con tal desdén que pareciere conocer con certeza lo que viene mañana, su abrumadora personalidad le ha abierto cientos de puertas, pero desconoce aún que la vida est...