Mila miro la fotografía que alguien había pegado en el espejo y lo leyó en voz alta lo que decía:
-No salgas con ese hombre-
Yuri Plisetsky, presto poca atención a las palabras de su compañera de trabajo
-Diablos, estoy super segura de que ese pobre hombre no hizo nada tan malo como para que le hagan una cosa como pegar esto en un espejo en un lugar público.
Yuri alzo la mirada, contemplo los ojos del hombre de la foto, impresa en un papel y pensó que quizás se lo merecía. Sus ojos eran tan bonitos que habrían echo a muchas mujeres caer en la locura.
-Eso solamente lo sabe quien la pegó aquí-Dijo Mila-. Mira ha puesto el nombre del tipo... se llama Otabek Altín. No me extraña que esa mujer estuviera realmente enojada porque el tipo es realmente muy guapo.
Yuri no tuvo mas remedio que darle la razón, Ojos de un color chocolate intenso, Cabello oscuro, Mandíbula bien formada y unos increíbles labios tan besables y lamibles como si de un helado se tratara. Se pregunto como seria su cuerpo y pensó que estaría a la altura de lo demás.4
-Si, es muy guapo. Pensándolo bien, deberíamos entrar a una de esas paginas de internet donde las mujeres despechadas acusan a los que solían ser sus novios.
-Ah, la venganza. Internet permite que sirva aun mas fria ironizó Mila-. Pero si no queremos que nos despidan, será mejor que salgamos de aquí y empecemos a servir a los impacientes que nos esperan.
-Tienes razón. Adelantate, yo voy enseguida.
Mila se marchó y Yuri pensó en el tipo de la fotografía.
Otabek Altin
Le resultaba extrañamente familiar, pero dijo que no tenía importancia y se dedicó a ponerse el delantal. Después, se arregló la pajarita del uniforme y se colocó bien la placa donde se indicaba su nombre y apellido; por muchas veces que ajustara su posición, siempre se inclinaba hacia un lado.
Ya estaba a punto de salir cuando volvió a mirar la imagen pegada al espejo. "No salgas con este hombre; no es el hombre que crees". Decía la leyenda.1
En un impulso, alzó la mano y la arrancó. Con independencia de lo que Otabek Altin hubiera hecho, le pareció injusto que alguien se dedicara a pegar su fotografía por los cuartos de baño. Ademas , todas las historias de amor y desamor tenían dos versiones.
Aunque el no sabia mucho de esas cosas. En sus veintitrés años de vida, sólo había mantenido una relación sería. Este era Bisexual y su única relación había resultado en desastre2
Sin embargo, no fue capaz de arrugar el papel y tirarlo a la papelera, como pretendía; le pareció que tirar una cara como esa habría sido un sacrilegio y término por doblar el papel y guardarlo en uno de sus bolsillos del pantalón color negro. Acto seguido, volvió al trabajo.
Momentos más tarde, avanzaba entre la multitud con la bandeja llena de comida, casi todos los presentes eran hombres, ejecutivos de trajes oscuros entre los que, de vez en cuando se adivinaba el color del vestido de alguna mujer o su perfume.
Yuri se dirigió hacia un grupo donde parecían estar los hombres más importantes de la fiesta y declaro con una de sus mejores sonrisas:
-Les apetece una tartaleta?, o quizás una croqueta de queso y aceitunas?1
Tal cono esperaba, los hombres siguieron con su conversación y no le dedicaron ni una mirada rápida.
Estaban hablando sobre el nuevo proyecto inmobiliario de tokio, cuya maqueta se encontraba ante ellos y se limitaron a arrebatarle las tartas y las croquetas con dedos ansiosos.
Yuri pensó que eran unos groseros, pero apretó los dientes , mantuvo la sonrisa en los labios y siguió su camino.
Odiaba aquel trabajo. Le parecía servil y desagradable. Por desgracia era la única opción que le quedaba si no quería volver a Rusia y con el rabo entre las piernas y admitir que había cometido un error.
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El amante de un millonario
FanfictionOtabek Altin tenia todo lo que Yuri Plisetsky aborrecía de un hombre. Su arrogancia, su encanto y sus tácticas empresariales le ponían los pelos de punta. Pero cuando Otabek le ofreció la oportunidad de su vida. Yuri no pudo rechazarla. Aunque signi...