Capítulo I

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| Regreso |

Cruzaba la puerta de la aldea con paso firme y su vista puesta en frente, no la desvío, ni cuando los shinobis que vigilaban la entrada empezaron a susurrar su nombre entre ellos, su paso siguió con el mismo ritmo mientras se adentraba más a aldea y las primeras casas se hacían presentes.

Recordó la última vez que estuvo ahí, hacía ya tres años desde que había partido en su viaje de expiación, muchos recuerdos comenzaron a bombardear su mente, mientras pasaba por lugares que no habían cambiado nada en todos esos años que él estuvo fuera.

Pasó por la escuela a la que él, y sus compañeros habían asistido, hace ya tanto tiempo; detuvo su paso en la entrada y movió su cabeza hacia esta para poder fijar su mirada en los niños que entrenaban en el patio con los kunai; si, en definitiva, nada había cambiado en la aldea, pero ahora, en él, todo había cambiado.

Bajo la mirada un segundo, para volver a su posición inicial y retornar su camino. Sabía a dónde se dirigiría primero, lo sabía desde que había decidió volver a la aldea.

Llegó a la dirección que le había pasado su mejor amigo en una nota por medio de su halcón, cuando este se había enterado que la chica se mudó de la casa de sus padres.

Observó la casa, era pequeña pero muy hogareña; seguramente que Kakashi fuera el actual Hokage, le sirvió para conseguirla.

Subió al techo de la casa que se encontraba en frente, y ya arriba pudo ver, por la ventana que estaba abierta, el interior del primer piso.

Pisos de madera iluminaban la habitación que se encontraba perfectamente ordenada, muchas flores adornaban el balcón de la que seguramente era su recámara.

Observaba cada parte de esa habitación cuando de repente, apareció, cepillando su peculiar cabello que ahora le llegaba un poco abajo de los hombros, y parándose frente al espejo para acomodarlo.

En cuanto la vio, no pudo dejar de observar a esa chica de cabello rosado que ahora acomodaba algunos mechones que caían sobre su rostro, mechones rebeldes que volvían a caer una y otra vez; percibió cuando la chica frunció el ceño derrotada y se colocó una diadema para que al fin pudiera detenerlos, cuando lo logró, sonrío victoriosa a su reflejo; el chico río por lo bajo, ella tampoco había cambiado.

Gracias a las constantes notas de su mejor amigo, sabía que ella se encontraba bien, pero no fue hasta que lo pudo ver con sus propios ojos, que ese peso se despojó de su cuerpo.

De un salto, bajó del techo. Ahora sí se dirigió a hacer a lo que se suponía que se debía su regreso.

No le había dicho a nadie que regresaba, ya que conocía a su mejor amigo y sí este se enteraba , era capaz de organizar una fiesta de bienvenida, y era algo que él prefería evitar.

No le había dicho a nadie que regresaba, ya que conocía a su mejor amigo y sí este se enteraba , era capaz de organizar una fiesta de bienvenida, y era algo que él prefería evitar

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⏰ Última actualización: Sep 17, 2017 ⏰

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