Puedo reparar tu corazón

1. Lena

La luz del día comenzaba a cruzar cortinas de la ventana de mi habitación, el sol comenzaba a decir que debía levantarme para otro día, el ruido de los autos y de la gente transitando por las calles también comenzó a escucharse más claro conforme salía de aquel sueño profundo que solía tener hace algunos segundos. Con un gran bostezo comencé mi mañana...

Bien es aburrido decirles como es mi mañana, que es lo que hago y que no hago, entonces creo que para que sepan mi historia deben saber quién soy primero, no tendría sentido nada si no supieran lo esencial sobre mí.

Mi nombre es Lena MacRay, tengo 23 años y estudio mi último año de Criminología en la ciudad de Nueva York. Vivo con mi hermana Alina, ella me ha cuidado desde que tengo 18 años, el problema es que ella no puede caminar desde que tiene 21 años, justo la historia de cómo quedo paralitica es muy importante aquí. Es el inicio de mi desgracia, de la basura de vida que vivo desde hace 5 años.

Cuando tenía 18 años mataron a mis padres en mi propia casa, ¿Qué quién fue? Tal vez no es de esperarse y resulte muy sorprendente, fue mi exnovio, Danny, ese maldito solo me utilizó para una venganza. ¿Por qué lo hizo? Mi padre era un agente del FBI, el agente John MacRay, un día tuvo un caso de asesinato, pues el "culpable" resultó ser el padre de Danny, yo no sabía nada de esto por si se lo preguntan. Al padre de Danny lo condenaron a 90 años de prisión por lavado de dinero, asesinato y secuestro. El hombre al parecer era un ejecutivo extranjero que fingía una vida cuando en realidad a lo que se dedicaba era el lavado de dinero entre otras cosas ilegales. Días después de que entro a prisión fue brutalmente asesinado por los reclusos ya que él era uno de los hombres más odiados de la mafia, cabe aclarar que en ese tiempo yo todavía no conocía a Danny. No fue hasta que entramos a la preparatoria donde todo fue cuesta abajo al hablarle al chico nuevo.

Flashback.

— Mira ese chico de ahí — me señaló mi mejor amiga Anne. — Apuesto a que te parece lindo.

Cerré mi casillero y mi mirada fue hacia el chico alto de cabello negro algo largo, piel bronceada, cejas algo gruesas y nariz romana, se veía bastante serio, su forma de vestir decía muchas cosa; zapatos caros cafés, camisa blanca, pantalón negro y un abrigo café. Se veía que su familia tenía dinero, sin contar que en realidad era guapo.

— Salúdalo —me animaba Anne.

— ¿Y yo por qué? Tu eres la que quiere hablarle —respondí sin apartar mi mirada de aquel chico.

— Intento conseguirte pareja, va en mi clase de Química, lo pensé solo para ti— contestó y me guiño un ojo— Anda ve. Hazlo por mí por favor.

— Está bien— acepté, sabía que mi amiga era terca en todo lo que me pedía, además no engaño a nadie diciendo que no me gustaría hablar con él.

Caminé directo al chico el cual estaba en un casillero leyendo un libro ancho, parecía buscar algo, inhale nerviosa, no sé porque acepto hacer estas cosas.

— Hola — saludé nerviosa.

El despegó su mirada del libro y lo recibí con una sonrisa amable y cálida.

— Hola— respondió con una sonrisa realmente encantadora.

— ¿Eres el chico nuevo verdad? — pregunté

— ¿Soy demasiado obvio? — pregunto divertido.

— No mucho — contesté— ¿Cómo te llamas?

— Soy Danniel, Danniel Miller— se presentó extendiendo su mano para que yo la estrechara, obviamente eso no lo iba a dejar pasar — Pero todos me dicen Danny.