Parte única.

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Llorar no soluciona los problemas, ¿verdad?

Tampoco calmaba el dolor instalado en su pecho, pero aún así, cuando KyungSoo estaba a solas, dejaba salir las gotas saladas a borbotones de aquellos orbes que alguna vez estuvieron llenos de luz, esperanza y amor. Esos mismos ojos castaño oscuro que ahora solo despedían desconfianza, tristeza y un dolor inimaginable.

Porque el bajo ya había escuchado demasiado los mismos consejos; sin embargo, estos se rehusaban a quedarse realmente en su cabeza; aunque en el momento que los escuchaba podía parecer haber procesado la moraleja y entendido lo que debía hacer.

Él creía que mostrarse fuerte y poderoso era suficiente para calmar los nervios de sus allegados, y tan equivocado no estaba. El único problema era la forma que en se iba lastimando por dentro, poco a poco.

– Salgamos, por favor. ¿Hace cuánto no hemos salido los cuatro juntos? Piénsalo. – ChanYeol insistía al de labios acorazonados, atrayéndolo más cerca de su cuerpo luego de abrazarlo. – Vamos, Soo. No puedes vivir encerrado de por vida y mucho menos por él. ¿Olvidar, recuerdas?

Por más irónico que sonara la última pregunta del mayor, KyungSoo no pudo reír como siempre lo hubiera hecho. No solo porque sus ánimos estuvieran por el suelo desde hace meses, si no porque el más alto estaba hablando completamente enserio y él lo sabía.

Olvidar era la palabra del año en la vida de Do KyungSoo y si fuera por BaekHyun, esta estaría escrita en diferentes partes de su departamento para que nunca más desechara la idea. No obstante, olvidar a un amor era prácticamente imposible. Mucho más si se ha amado con todas las fuerzas que tu cuerpo y alma pudieran tener.

¿Qué no tenía KyungSoo que otra persona sí tuviera?

No, el bajo no podía responder aquella interrogante que lo atacaba cada cierto tiempo. Ni mucho menos dejar que las dudas e ignorancias lo arrastraran aún más hacia aquel océano de tristeza y lágrimas que él mismo se había creado. Había dado todo de sí en su relación y aunque hubieron cosas de las que se arrepentía y creía que pudo haberlo echo mejor, ya no podía cambiar lo que estaba hecho.

– Supongo que está bien. – respondió cortamente, separándose de su amigo porque sabía que debía ir a darse una ducha y colocarse presentable.

En el tiempo en que estuvo ocupado acicalándose, los recuerdos seguían taladrando su mente a cada instante.

Todos aquellos momentos que vivieron juntos y la forma en que tontamente creyó eran el uno para el otro. Tal vez nunca habían sido eso y solo eran sus deseos por querer volverlo de aquella forma. Eran solo sus ganas de ser amado de la misma forma en que él lo amaba, seguramente.

¿A dónde lo llevarían hoy sus amigos?

Por la hora, estaba seguro que a algún club nocturno en el que pudieran pasar un tiempo divertido y tomar algunas cervezas. Incluso hasta encontrar una persona con quién pasar la noche.

Sin embargo, ¿lo llevarían a ese club?

Muy probablemente sí, ya que los otros se encontraban mucho más lejos y fuera de sus posibilidades económicas.

¿Con cuántos recuerdos del rubio se toparía mientras iba recorriendo aquellas calles?

Quizás pasarían por el parque en que él y YiFan tuvieron su primera cita o por aquella cafetería en que sus ojos se conectaron, sus narices se rozaron y sus labios se dedicaron a expresarse su amor por primera vez a través de un beso. Tal vez también pasarían justo delante de aquella tienda en la que compraron esos anillos de pareja. Aro que aún adornaba su dedo anular derecho como símbolo de que su amor seguía palpitando contra su pecho de alguna manera.

Eyes, nose, lips. [KriSoo/KaiSoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora