6.1-. La primera parada.

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Temía por lo que podía depararles aquel lugar, temía por su hijo, y rezaba a los dioses para que velaran por él si tenía que enfrentarse en combate a su padre. Temía por los muchachos y por las niñas que iban con ellos. Temía a que los atacaran en cualquier momento y murieran, pero intentaba apartar todos esos pensamientos de su cabeza.
«Debes conservar las fuerzas para Draco —se decía—. Es el único al que puedes ayudar. Debes ser tan fiera y dura como las serpientes. Ahora debes ser una  verdadera Black, como tu hijo.»
Draco caminaba a la cabeza de la columna, junto a Hermione y Daphne. Narcisa lo observaba desde lejos, cuando se había presentado aquella noche en el ministerio dispuesta a ir con ellos a Draco no le agrado para nada la idea pero ella era madre y no iba a permitir que un montón de chicos que no superaban los veintiocho años fuesen solos a esa misión. Sabia que Draco lo único que deseaba era su bienestar pero con Lucius suelto su seguridad y la de todos no era segura.

-Señora Malfoy... cúbrase con esto- Harry se había acercado hasta Narcisa y le tendía una gruesa capa.

-Gracias Potter. Y te rogaría que no me llamases señora Malfoy, llámame Narcisa o señora Black- le dijo la mujer mientras se cubría con la capa.

-Solo si usted deja de llamarme Potter... ya han pasado tantos años y aun sigue con esas formalidades- dijo Harry mirando serio a la mujer.

-No son formalidades muchacho, solo que jamás hemos cruzado palabras amistosas siempre han sido de ataque o de insultos- decía Narcisa.

-Señora Black... jamás olvidare que usted me salvo la vida, gracias a usted estoy aquí ahora y viviendo mi vida, con una hermosa prometida y con el trabajo que siempre quise. Gracias a usted tengo todo esto y siempre se lo voy a agradecer.

-No Harry, tu no debes de agradecerme nada. Yo soy la que agradece tu ayuda para con mi hijo, gracias a ti Draco no fue a parar a Azcaban por ser un mortifago, Pot... digo Harry tu salvaste lo único que tengo en el mundo y eso jamás te lo podre pagar- dijo la bruja.

-Ambos hemos hecho cosas el uno por el otro que jamás podremos pagar. Dejemos eso atrás y le propongo Narcisa que empecemos de cero. Un gusto señora soy Harry Potter, jefe de la oficina de aurores y prometido de Pansy Parkinson-. Dijo Harry tendiéndole la mano a la mujer.

-Un gusto Harry. Soy Narcisa Black, la madre de Draco Malfoy. Un gusto- respondió ella estrechándole la mano.

Como dijo el anciano guardián, al parecer estaban comenzando a formarse nuevas alianzas y aun mas se estaban olvidando las asperezas del pasado, pues no es bueno vivir en el pasado y aun mas guardar rencores que nos hagan daño.


-Deberías cubrirte la cabeza -le dijo Draco a Hermione mientras caminaban hacia el norte.
-te vas a resfriar.
-No es más que agua, Draco -replicó Hermione. Tenía la cabellera empapada y pesada, con mechones pegados a la frente, y se imaginaba el aspecto descuidado que debía de tener, pero por una vez no le importaba en absoluto. La lluvia era suave y cálida. A Hermione siempre le había gustado sentirla en la cara, dulce como el beso de una madre. La hacía volver a su infancia, a los largos días grises en Londres.
Recordaba bien el bosque que había tras su casa, las ramas dobladas por el peso de la humedad, las risas de sus padres que la perseguía entre montones de hojas mojadas. Recordaba cómo preparaba con su madre pasteles de barro, lo pesados que eran, cómo le resbalaba el lodo
entre los dedos. Qué joven era entonces, tan inocente sin preocupaciones, sin miedos. Hermione casi había olvidado aquello.
-Estoy empapado. Calado hasta los huesos - Se quejo Ron tras ellos. Los rodeaba un bosque cerrado, y el golpeteo constante de la lluvia en las hojas se acompasaba con el chapoteo de sus pisadas.
-Esta noche nos hace falta una buena hoguera. Y tampoco nos sentaría mal una buena cena caliente.- dijo Blaise.

Juegos de guerra I: Kingdom Of WisdomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora