Capítulo 9

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Llevaba despierta desde las seis en el salón, buscando noticias de los últimos días en diversos periódicos para averiguar que sabían de mi hasta el momento los policías. Encontré varios artículos referidos a la víctima, un empresario millonario que tras su fabulosa carrera de éxito había decidido empezar su propio negocio de cosméticos. Un mercado con mucha demanda al parecer. Nadie sabía quién podría odiarle tanto como para llegar a ese extremo, nadie menos yo, y la culpa cada vez se hacía mayor.
Por el momento conservaría mi tapadera de camarera, estudiante en una ciudad grande llena de extraños y alejada lo máximo posible de cualquier agente al servicio de la ley, al menos era lo que más me convenía.
Oí a Steve bajar las escaleras pero ni me molesté en mirarle, él estaba cabreado y mi orgullo y temperamento no eran menos. Ambos habíamos dicho cosas que quizas no deberíamos pero no era ni la mitad de lo que guardaba en mi mente, aunque él no merecía alo mejor que descargara todo sobre su cabeza. Aunque todavía me inquietaban algunas cosas de las que había dicho.

- Hemos quedado con Marcos y su novia.- el tono grave de su voz de sorprendió

- ¿Hemos? Tu y yo ¿A lo cita doble?

-Si quieres hacerte ilusiones, si, una doble cita.- aunque no le prestaba demasiada atención sentía su mirada sobre mí- obligatorio, te vendrá bien créeme.

- A éste paso no haré nada nunca por propia voluntad, ¿Qué es tan interesante?

- La novia de Marcos es ayudante en el departamento de homicidios de la ciudad.- como acto reflejo me giré perpleja hacia él.

- ¿QUÉ?

- Podría ayudarnos, es novata.

- Steve, cabeza pensante, lo que queremos es ocultar la verdadera historia, ¡no sacarla a la luz!- por cosas como esa no acababa de calarle. Desesperante.

- Pero puede mantenernos informados si sabes sacar la información de manera adecuada.

Refunfuñé y fui a cambiarme, con lo agusto que estaba en pijama y tener que arreglarme en ese momento era una pereza tremenda. Me puse una falda de tubo negra y una camiseta de béisbol roja con mis zapatillas blancas y con la intención de verme con mejor cara me pinté un poco el eyeliner y apliqué un poco de rimel. Ahí estaba yo, lista (o al menos lo pesaba) para tener una cita doble falsa con una agente de policía a la que debía interrogar sutilmente para encubrir mi delito.

¿Qué podía salir mal?

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⏰ Última actualización: Sep 18, 2017 ⏰

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Asesina por accidenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora