2. Compañera de cuarto, ¿buena idea?

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(Spencer Jones en multimedia)

Siempre he soñado en ir a Oxford, en tener una compañera de cuarto y en ser la primera de la clase cuando vaya a la universidad. Pero esto no es una universidad, tampoco es Oxford, no soy la mejor bailando y cuando piensas que tener una compañera de cuarto que sea muy ordenada es lo mejor, te das cuenta de que estás equivocada. Por lo menos, yo, preferiría tener a alguien desordenado que ha doña limpieza, pero que se le va hacer. A lo mejor no es lo peor que me puede pasar.

-Creo que lo mejor será que deje las cosas en mi cuarto y empezar a instalarme, ¿te parece bien?- le pregunto a Cody que parece que ya ha fijado su mirada en otro punto, el cual ya no soy yo.
Empezaba a pensar que tenía una espinilla enorme o algo así.

-¡Claro!, como quieras.

Me guía por un ascensor y pasamos de estar en lo que parecía ser el pasillo principal, al ala este. Por lo que he podido leer antes, mi habitación es la 215. Hago mis cálculos y puedo deducir que se encuentra más o menos en la mitad de este pasillo.

-Las habitaciones de las chicas están en este ala y las de los chicos en la contraria- empieza a decir Cody. Me imagino que será para romper el hielo.

-En la oeste.

-¡Exacto!, pareces muy lista.

En el momento en el que me dice eso no sé cómo reaccionar. Por una parte pienso en decirle la verdad, pero por otra, no quiero que me pase lo de antes y también contemplo la opción de cambiar de tema pero tarde o temprano me seguiría preguntando por eso así que final mente decido mentir. Por poco que me guste prefiero pasarlo mal ahora, que solo será un minuto, que no tener que soportar el peso de que todo el mundo me ignore durante toda mi estancia aquí.

-¡Ya me gustaría!, en realidad soy de las normalillas.

-Supongo que no lo puedes tener todo- al acabar de decirme eso no puedo evitar sonreír. Empiezo a sentirme mal por la mentira previa.

Caminamos durante cinco minutos más para llegar. Cody empieza a explicarme dónde está cada cosa y yo le escucho muy atenta, aunque al final solo consigo quedarme con que las aulas y las taquillas están en el ala sur.

-¡Ésta es!- me indica señalándome la puerta de mi habitación.

Voy a coger el pomo cuando me doy cuenta de que no hay. ¿Cómo se supone que voy a entrar?

-¿Y el pomo?

-¿Perdona?

-Lo que utilizas para abrir la puerta.

-No tiene.

-¡No me digas!- le digo irónicamente, este chico empieza a ponerme de los nervios, pero no voy a perder la paciencia tan rápido. No serviría de nada.

-Estas puertas son de última generación- lo dice señalando a un escáner de huella dáctilar, del cual, no me había percatado- ya habrán admitido tu huella. Coloca tu dedo hay- me señala el panel y obedezco a lo que me dice sin siquiera preguntarme cómo han sacado mi huella- las taquillas funcionan con el mismo método, así que no te asustes.

-Tranquilo, ya lo he pillado.

-¿Entonces no quieres que te acompañe?

-¡Claro que quiero!, pero... ¿puede ser luego?

-Sí, no te preocupes. Dame tu móvil y te anoto mi teléfono. Cuando hayas desecho la maleta me mandas un mensaje y vamos juntos- me propone rascándose la nuca- solo si quieres.

-Deja que me lo piense... ¡es broma! Toma- le digo divertida y le hago entrega de mi preciado móvil. Es un iphone6 en oro rosa, precioso.

-¡Listo!- me lo devuelve y me lo guardo en el bolsillo trasero de mis jeans floreados. Cody se da la vuelta y empieza a caminar en dirección contraria de mi.

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