||porque el corazón tiene razones que la razón desconoce||
ㅡ(🌱) conceptos básicos de la obra "El Principito"
-tal vez yo no me di cuenta de que me gustaste desde el primer momento en que te vi, trate de ignorarlo sólo por ser algo atípico, y así lo...
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14 de agosto; verano de 1960.
Pedaleaba a toda velocidad en mi bicicleta mientras me dirigía al mercado popular, que estaba a tan sólo unos minutos de mi casa, para comprar lo que hiciera falta para preparar la comida.
Mamá me había enviado a comprar algunos víveres y sazones, pero de camino me encontré con un camión de mudanza justo frente a la salida del vecindario, tuve que tomar otra calle y por tal razón ahora llegaba tarde de regeso a casa con la compra ya hecha y puesta en la parte trasera del canasto de mi bicicleta.
Deje caer la bici justo en frente del patio y abrí el portón de la entrada para rápidamente llegar hasta la cocina y no detenerme hasta dejar todo sobre la mesa.
-¿qué estuviste haciendo?- apenas llegue fue lo que preguntó mi madre con ambas manos a cada lado de sus delgada cintura.
-lo siento- jadeé aun apoyado sobre mis piernas sintiendo que escupiria uno de mis pulmones en cualquier momento.
-tardaste mucho- dijo sacando a toda prisa los viveres de sus bolsas -sabes que tu hermano debe ir a la universidad y que la comida debe estar temprano-
-lo sé, lo siento- repetí caminando hasta el lavaplatos para lavar el sudor de mi cara y tratar de tranquilizarme, mi corazón parecia querer salirse de mi pecho, siempre se aceleraba por cualquier razón.
-detente ahí mismo, Hoseok Jung- escuché la voz de mi hermano hablar a mis espaldas mientras me disponia a salir a escondias de casa y rode los ojos a la vez que suspire cansado para girarme y mirarle.
-¿a dónde crees que vas?- preguntó mirandome con las cejas alzadas y yo le mire con cara de poco amigos.
Señoras y señores, les presento a Yisung Jung, dice ser mi pariente, pero la verdad es que creo que es un espía enviado desde Corea del norte para joderme la vida.
Es como mi nemesis, mi enemigo, mi contrincante de lucha libre, el mismísimo demonio en persona, les juro que tener un cayo en el mismo ano, es mejor que tenerlo a él de hermano.
-iré a jugar con los chicos- respondí entre dientes sin mirarlo a la cara.
-¿jugar? ¿a las doce del mediodía? ¿sin comer? ¿y con este sol...?- preguntó dramáticamente.
Lo repito, era mucho mejor tener un cayo en el culo que a él. Se cree el jefe de la casa porque papá murió. Era un real fastidio.
-la comida estará en unas horas, sólo iré y volveré-
-no, no, no ¿quién te hace creer eso? Tu te quedarás en casa, señorito- dijo tomando de mi brazo.
-eres un fastidio, Yisung- solte sin más tratando de zafarme de su agarre.
-¿acabas de faltarme al respeto?- preguntó con indignación.
-¡sólo déjame en paz!- me queje.
-¿qué les pasa a ustedes dos?- preguntó mamá asomándose por la entrada de la cocina a la sala.
