Final

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Pasaron algunos minutos y estacionó en un restaurante lujoso, observé el lugar asombrada, los autos que estaban estacionados eran grandes y hermosos. Puertas de vidrios cubrían toda la entrada, de modo que se veían las personas desde aquí... Me quede prácticamente boquiabierta al ver tan lujoso y refinado restaurante.

Ella me miró impaciente y me dió mi bolso, con una enorme sonrisa.

—Ten una linda noche —se abalanzó sobre mi y abrió la puerta.

—¿Qué? —pregunté asombrada, por que me dejaría sola aquí. Me había traído casi obligadamente sin decir palabra alguna, y ahora planeaba dejarme desamparada en este sitio sin alguna lógica explicación.

—Tienes una reserva, di tu nombre y listo. —Me dijo, y cada vez entendía menos de que rayos hablaba.

—Espera... —volví a cerrar la puerta —. ¿Qué diablos sucede?

—Entra y verás que sucede, ahora tengo que irme Michel está en casa —sonrió con malicia.
Si... Era tan bipolar.

—No lo haré, ¿qué hacemos en este lugar? ¿Planeas dejarme sola? —interrogué —. Te advierto April, que no estoy para bromas.

—¿Qué parte de "es una sorpresa", no entiendes? —tomó su rostro, frustrada.

—No confio mucho en tus sorpresas —negué, pensando lo que dentro me esperaba.

—¿Alguna vez te he fallado? —preguntó, indignada —. Mejor no respondas eso... —rió luego de entender su pregunta.

La miré entre cerrando los ojos, tratando de averiguar cual sería la trampa. O que plan maquiavélico pasaba por su mente, justo ahora.

—¡Dios santo! —suspiró claramente frustrada —. Si no sales ahora mismo de este auto, te patearé el trasero tan fuerte que llegarás hasta tu mesa sin tener que hacer fila.

—¡Bien, bien! —entorne los ojos —. Me voy y espero no encontrarme con nada desagradable allí. —Advertí cuando abrí la puerta nuevamente.

—Solo espero que actúes como es debido. Y que no lo estropees —. Me dice y eso me confunde aún más.

—¿Que actúe como es debido? ¿Por qué lo dices?

—Solo vete quieres. —Tomó su teléfono y escribió algo rápidamente.

—¿Con quién hablas? —me acerque un poco solo para fastidiar y bueno... por otra parte para saber que rayos ocultaba.

—Adiós —guardó su teléfono y cerró la puerta en mis narices.

—¡Que buena amiga eres! —gritó por encima del motor del auto.

—¡La mejor, diviértete! —soltó una risa y me guiñó un ojo antes de desaparecer por la calle.

—¿Cómo diablos me iré luego? —pensé en voz alta —. ¡Maldita April!

Miré detrás de mi, quedando frente al local donde se leía un estraño nombre en letras francesas.

Nunca antes había venido a éste lugar, pero se veía maravilloso... Era como un pequeño palacio alzado ante mi. Para admirar la belleza de tan refinado sitio, sonreí internamente... Al menos el lugar era bueno.

Me encaminé hacia la entrada, donde un hombre de seguridad me abrió la puerta me limite a darle las gracias antes de seguir.

En recepción, había una mujer de edad avanzada, traía un vestido de gala muy bonito y sus arrugas eran apenas perceptibles debido a la cantidad de maquillaje que traía encima. Tenía un colgante de oro y sus muñecas llenas de jollas. Sonrió sin ganas, cuando vió que me acerque a ella.

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