Reencuentro

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I: No volverás a saber de mí.
V: Tú y yo nunca nos vamos a separar, estaremos juntos siempre, siempre…
Se acerco a ella lentamente y la beso, despues de tantos años sin probar sus labios ambos se sentían en el cielo con ese beso… Ines no podía moverse, sus labios estaban haciendo y diciendo por ella todo lo que en ese momento estaba sintiendo, depacio, sin prisa un beso lleno de amor por parte de ambos.
Despues de ese momento, se separaron lentamente pero sin dejar de mirarse fijamente a los ojos que  en ese momento solo podían reflejar amor, pasión, deseo, todo lo que habían guardado tanto tiempo y que solo basto un beso para revivirlo.
I: Señor, esto no esta bien, usted es un hombre casado (esto lo dijo con un tono de celos y coraje) no esta bien que le falte el respeto a su esposa y menos en su casa.
V:No me hables de usted, estamos tu y yo solos, sin nadie que pueda vernos (se acerco nuevamente a ella, pero esta vez ella se levanto rápidamente antes de volver a caer en la tentación de besarlo)
I: No, por favor no me hagas esto (sus ojos comenzaron a llenarse de lagrimas), lo nuestro termino hace mucho tiempo y lo sabes, no trates de revivir algo que quedo enterrado en el pasado.
V: Nunca entendí porque me dejaste, nos amábamos Ines, un amor asi no puede morir de la noche a la mañana y menos por el infeliz de Loreto, dime ¿Que paso? (Fue hacia ella, ya que desde que se había levantado le daba la espalda, y la abrazo por detrás) Dime ¿Qué sucedió? Por favor (le hablaba al oído) dime mi morenita ¿Cuál fue la razón para que me dejaras?
Al escucharlo decirle asi, las pocas fuerzas que le quedaban para resistirse a el desaparecieron, comenzó a llorar con fuerza pues el pasado tan doloroso que había vivido desde que decidio dejarlo la atormentaba dia tras dia… Victoriano lo único que hizo fue abrazarla mas fuerte y no soltarla, no comprendia el porque lloraba de esa manera tan desgarradora, pero ya comenzaba a imaginarse que algo realmente terrible tuvo que suceder para que se separaran y no descansaría hasta que ella se lo dijera.
Dejo que llorara un rato mas asi como estaban abrazados, hasta que decidio llevarla hasta el sofá que había en el despacho, la hizo sentarse y el lo hizo a su lado, levanto su cara y la miro, los ojos de Ines estaban rojos de tanto llorar y se podía ver el miedo en ellos ¿miedo a que? Esa era una de las tantas preguntas que Victoriano tenia en su cabeza y quería aclarar de una vez por todas.
V: Ines (Tomo las manos de ella entre las suyas) ¿Qué fue lo que sucedió? Por favor necesito saberlo, siempre he creido que me traicionaste, que lo preferiste a el en vez de a mi, pero por tu llanto no puedo seguir creyendo que eso sea cierto, asi que te ruego, dime ¿Qué paso? (le acarició la mejilla)
I: Esta bien, te lo dire, solo prométeme que no haras nada, ya todo eso quedo en el pasado y no vale la pena traerlo a lo que vivimos actualmente.
V: Te lo prometo, no hare nada pero solo porque me lo pides tu.
I: (Con esa promesa, se sintió segura y decidió contarle todo) Victoriano, en el tiempo que tu y yo eramos novios, Loreto me acosaba, se me insinuaba, hacia proposiciones, yo nunca le di motivos para pensar que podía corresponder a lo que supuestamente sentía por mi, tu sabes que yo te amaba mas que a mi vida, pero como yo jamas cedi a lo que pretendía conmigo, un dia (agacho la cabeza y comenzó a derramar lagrimas) un dia me tomo a la fuerza y…. me violo.
La cara de Victoriano se transformo en furia, se levanto del sillón lleno de odio, como había sido posible que el infeliz de Loreto le hubiera hecho eso a Ines, a su morenita, ella era un ser inocente en aquel tiempo y aun lo seguía siendo, no tenia culpa alguna de lo que había sucedido, solo una persona era responsable y afortunadamente estaba en la cárcel o el mismo iría a matarlo con sus propias manos.
Se quedo mirando a Ines, no podía soportar verla llorar, quería consolarla, decirle que todo estaría bien, que no volveria a sufrir, sentía impotencia de no haber podido hacer nada para defenderla, ahora lo único que le quedaba era ver hacia el futuro, un futuro donde Ines fuera lo mas importante, aunque el estuviese casado, seguía amando a Ines, asi que debía ver por ella de ahora en adelante.
V: (se arrodillo frente a Ines y le tomo las manos) Ines, mírame… (ella levanto la cara lentamente, sus ojos llenos de dolor) tu no tienes la culpa de nada, lo que paso no fue tu culpa, daría lo que fuera por remediar lo que te paso, por haber podido evitarlo, si me lo hubieras dicho ten por seguro que no te habría dejado ir con ese tipo.
I: No podía decírtelo, me sentía sucia, me daba asco, ese hombre me destruyo la vida, no tenia cara para poder mirarte a los ojos, aun no se si la tengo, estoy marcada para siempre Victoriano, el se encargo de acabar con todas mis ilusiones y sueños, y yo termine por destruirlos el dia que decidi alejarme de ti.
V: Tranquilizate por favor, no quiero que te pongas mal… claro que tienes cara para mirarme, mírame Ines, te juro por el gran amor que te tengo que no vas a volver a sufrir a partir de ahora, me voy a encargar de que seas feliz, lo mereces, eres una gran mujer, la mejor de todas.
Y sin mas volvió a besarla, pero esta vez no era un simple beso, era uno apasionado, sin la sombra de esa duda que rodeaba su pasado, y también uno lleno de amor, le había dicho que aun sentía amor por ella, Ines lo tomo por el cuello y correspondio con todo su corazón, como si con ese beso pudiese aliviar el dolor que tenia en su alma, cuando el descendió a besar el cuello de ella, de pronto se vinieron a su mente las imágenes de lo que le hizo Loreto e inmediatamente se aparto, asustada y con miedo de lo que pudiera pensar Victoriano.
V: No tengas miedo Ines, soy yo Victoriano, jamas en mi vida te haría daño, te lo juro.
I: Perdoname, pero no puedo corresponderte como mujer (agacho su cabeza) quisiera porque te deseo pero no puedo, hay algo en mi que me impide volver a estar íntimamente con alguien, por favor entiendeme.
V: Claro que te entiendo, pero aun asi no debes temer de mi, recuerda que tu y yo estuvimos juntos, que esos momentos fueron maravillosos y únicos, eso el algo que nada ni nadie podrá borrar jamas ni siquiera el dolor o todo el tiempo que pueda pasar… Ines, tu si puedes corresponderme como mujer ¿Quieres comprobarlo?
I: Por mas que quisiera no puedo, eres un hombre prohibido para mi, un hombre casado.
V: Olvidate de eso, solo por un momento olvida todo… somos solo tu y yo, juntos como siempre debimos haberlo estado, solos sin nadie alrededor… te deseo tanto Ines, te amo.
Y con ese te amo, ella se olvido de todo y decidio que si ese era su momento lo aprovecharia, quería sentirse viva de nuevo, quería volver a ser mujer en brazos del único hombre que había amado en su vida.
I: (Un poco sonrojada) Victoriano yo también te amo y te deseo, pero comprenderas que en esta casa no podemos hacer nada, no me sentiría bien, por tu esposa que aunque me muero de celos al verla cerca de ti ella es la señora de la casa.
V: No tienes porque sentir celos de ella, a la única que amo es a ti, a ella solo me une la pasión y deseos de momento, yo con quien quiero estar a todas horas en contigo solo contigo… tienes razón aquí no podemos estar juntos, por eso te llevare a un lugar donde estaremos completamente solos. (La tomó de la mano para salir e ir rumbo a ese lugar prometido)
Al cruzar la puerta del despacho Ines vio a Deborah e inmediatamente se soltó de Victoriano, quien entendio el gesto, y trato de disimular lo mas que podía en ese momento.
D: Cariño ¿A dónde vas? Parece que llevas prisa
V: Si, tengo un poco de prisa, debo resolver algo urgente con Ines, por favor no me esperes despierto no sabemos a que hora terminemos.
D: Te acompaño, sea lo que sea puedo ser útil.
V: No, tu quédate, es algo que solo nos compete a Ines y a mi, y ya deja de quitarnos el tiempo o llegaremos aun mas tarde de lo que ya es.
D: Esta bien pero no te enojes, espero no te tardes mucho, cuídate.
Deborah intento besarlo pero él le aparto la cara y el beso fue a dar a la mejilla, cosa que a ella le extraño demasiado, pero no tomo importancia pues creyó que de verdad tenían algo muy importante que resolver.
Despues de ese inconveniente, salieron de la hacienda sin perder mas el tiempo, rumbo a un destino desconocido para Ines pero muy conocido para Victoriano, la llevaría a un departamento que recientemente había adquirido, para relajarse e ir cuando necesitaba tranquilidad y lo mejor nadie lo conocía aun solo él.
Durante el trayecto hacia aquel lugar, el nerviosismo se hizo presente en ambos, pero sobre todo mas en Ines, despues de muchos años volveria a estar a solas con Victoriano, solos ellos dos, como iba a poder dar ese paso si todos los malos recuerdos venían a su mente, el debía ser muy paciente y comprender que para ella no era nada fácil poder entregarse completamente sin miedos.
Al llegar el lugar, Victoriano aparco su camioneta ante la mirada interrogante de ella.
I: ¿Qué es este lugar?
V: Lo adquirí hace poco y no te preocupes nadie lo conoce salvo yo y ahora tu por supuesto.
Ingresaron al lugar, que no era mas que un edificio ubicado en una bonita zona, donde se podía tener toda la paz y tranquilidad que se deseara. Al llegar a la puerta del departamento, el se dispuso a abrirla y caballerosamente le cedió el paso para que fuese ella quien entrara primero ahí, despues el y como si fuera algo completamente normal cerró la puerta asegurándola para que nadie pudiera interrumpirlos.
I: (Aun mas nerviosa que cuando iban en camino, se volvió hacia el) Victoriano yo… no sé si puedo, de verdad no quiero decepcionarte.
V: (La amaba tanto que estaba dispuesto a ser el hombre mas paciente del mundo con tal de volver a tenerla en sus brazos) Ines, mi morenita, no haremos nada que tu no quieras, yo no soy el recuérdalo.
Se acerco a ella acariciando su mejilla y acercando su boca poco a poco apenas rozando sus labios contra los de ella, quería demostrarle que no debía tener ningún temor a su lado, que con el estaba segura y que todo seria despacio y con calma. Ines al sentir la ternura con la que la estaba tratando, se entrego al beso y lo intensifico al tiempo que posaba sus brazos sobre los de el y conforme el beso avanzaba sus brazos también lo hacían hasta que le rodeo el cuello, Victoriano a su vez coloco sus manos en la cintura de ella, se estaban sintiendo como la primera vez, sin miedos, sin dudas, solo entregándose de nuevo al amor que ambos sentían.
El al sentirla mas segura, decidio bajar a su cuello, dejando un camino de besos en la piel que tenia su paso y al contrario de lo que había sucedido en el despacho en esta ocasión ella lo apretó mas contra si, quitándole el sombrero dejándolo sobre el piso del departamento, esto hizo que Victoriano se emocionara pues sabia que Ines estaba dispuesta a entregarse a el… lentamente retiro las manos de la cintura de ella pero solo para posarlas sobre los botones de la blusa que portaba ese dia e ir abriéndola poco a poco, ella se tenso un poco pero inmediatamente recordó con quien estaba y no lo rechazo, el siguió con su tarea dejando al descubierto la parte superior del cuerpo de esa mujer que tanto amaba, ella no quiso quedarse atrás y le quito el saco para despues comenzar a desprender uno a uno los botones de su camisa, quería sentirlo, sentir su piel, con el si quería hacerlo solo con el… ambos se encontraban con el torso desnudo salvo por la prenda que aun cubria el pecho de ella, Victoriano procedio a quitarla dándole una mirada a Ines y obteniendo en sus ojos la aprobación que quería, acerco sus manos al broche de la prenda y la retiro delicadamente… ella sintió un poco de vergüenza pues los años no pasan en vano pero al ver los ojos de el recobro la seguridad, se abrazaron sintiéndose de nuevo, sus pieles parecían reconocerse pues las sensaciones que en ese momento experimentaban no se comparaban con ninguna vivida jamas.
Victoriano volvió a besarla pero mas apasionadamente que antes, recorriendo la espalda de ella con sus manos como queriendo que sus caricias se quedaran tatuadas para siempre... de repente un rastro de cordura llego a Ines quien se dio cuenta de algo.
I: Victoriano estamos en la sala (un poco sonrojada)
V: (Le sonrio) Eso se puede arreglar.
La tomo en sus brazos y se dirigieron hacia la recamara principal del departamento, una vez allí, la bajo pero inmediatamente volvió a besarla, no quería dejar de sentirla ni un solo segundo, ella paso sus manos hacia la espalda de el, le parecía increíble poder tocarlo de nuevo de esa forma, la pasión poco a poco los consumia y sentían la necesidad de estar completamente unidos, por eso el procedio a retirar las ultimas prendas que los cubrían a ambos, las miradas complices no faltaban asi como tampco las de deseo, al  verse completamente desnudos, el se acerco a ella e inicio un recorrido de besos por todo su cuello, no quería dejar un solo espacio de piel sin besar, bajo despacio a su pecho besándolo de la misma forma, ella tenia los ojos cerrados y emitia pequeños gemidos producto de todo lo que estaba sintiendo en su cuerpo. Victoriano camino con ella hacia la cama, una vez al llegar ahí poco a poco fueron recostándose, sin dejar de besarse, era tan bella la imagen de ellos dos en ese momento, parecían ser uno solo… con mayor libertad y sin la dificultad de estar de pie, por fin el podía recorrer con su boca el cuerpo completo de ella, no hubo lugar que no besara, acariciara, hiciera suyo, quería que ese dia quedara para siempre en la memoria de ambos, grabado como el recuerdo del inicio de una nueva vida. Los minutos pasaban y la necesidad de sentirlo dentro de ella crecia cada vez mas en Ines, mientras Victoriano parecía perdido en su cuerpo, lo estaba disfrutando realmente.
I: Victoriano (Dijo con la voz entrecortada) por favor te necesito.
V: (Levanto su cara para mirarla) Tus deseos son ordenes mi morenita.
Sin dejar de mirarse, muy despacio entro en ella, Ines cerro los ojos pues el cierto temor apareció en ella, pero al abrirlos y mirar al hombre con quien estaba en ese momento, todos los temores posibles desaparecieron y de dedico a disfrutar de estar en sus brazos, en los brazos del amor de su vida… Poco a poco el empezó a moverse dentro de ella, las sensaciones eran maravillosas, volver a estar asi era como estar en el mismo cielo, ella busco su boca un apasionado beso ocurrio a continuación… sus cuerpos estaban hablando por ellos, el sudor comenzaba a hacerse presente pero no les importaba pues las caricias y los besos continuaban, al parecer no querían que ese momento terminara jamas… el punto máximo de placer se acercaba y con ello la culminación del acto de amor mas puro y sublime que dos enamorados podían compartir, justo cuando ambos llegaron a la cima de su extasis, no pudieron reprimir que sus bocas se expresaran.
I: Victoriano, te amo!
V: Yo también te amo Inés, te amo mi morenita.
Despues de experimentar semejante placer, estaban tratando de volver al mundo real, el estando sobre ella le dedicaba una mirada llena de amor y acariciaba su cabello, ella por su parte, sonreía y le regalaba caricias en su espalda. Aun no podían creer lo que había sucedido, habían hecho el amor, como hace tantos años, se habían entregado como si nada hubiese ocurrido… lentamente el se retiro de ella, acostándose a un lado, al mismo tiempo que ella se recostaba en su pecho.
I: Victoriano, estoy tan feliz, pude estar contigo, pude entregarme a ti, no sabes cuánto soñé esto, te amo tanto.
V: Y yo no sabes cuanto anhele poder estar asi contigo, sintiéndote mia, te amo con toda mi alma Ines, mi morenita.
Dichas estas palabras ambos volvieron a besarse, perdiendose de nuevo en su amor… no sabían que vendría despues, tenían mucho que enfrentar, una esposa y un pasado que regresaría, pero lo que si sabian era que todo de ahora en adelante lo enfrentarían juntos y que tarde o temprano el amor que se tenían saldría victorioso….




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