Capítulo 1 ~ No acepto

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Había una mujer que lloraba en mis brazos, no podía ver su rostro

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Había una mujer que lloraba en mis brazos, no podía ver su rostro. ¿Porque? Tengo la necesidad de consolarla pero no puedo. Siempre el mismo sueño del que quiero despertar. Sentí un cálido beso y las manos heladas de mi amada esposa sobre mi abdomen, gruñí porque no quería despertar.

— ¡Buenos días! — besó mi mejilla varias veces para que abra mis ojos — Debes bañarte para ir al trabajo.

Se deslizó para levantarse de la cama pero la detuve con mis brazos, la necesitaba mucho. Ella es mi fuerza de cada mañana, no me perdonaría si algún día la pierdo. Coloqué mi rostro en su su cabello para oler su refrescante aroma a rosas que me vuelve loco por las noches.

— Seung, levántate porque se te hará tarde — me regañó con su dulce voz.

— Cinco minutos más — respondí conciliando el sueño junto a ella.

Comenzó hacerme cosquillas, nos soportaba que haga eso.

— No, por favor — suplique porque me retorcía por tanta risa — (...) para por favor.

La sujeté de los brazos para que pare, la observé mientras recuperaba la respiración, se ve tan hermosa con su sencilla sonrisa.

— Buenos días mi amor — besé sus labios.

Me levanté de la cama y fui al baño para tomar una ducha, volví a recordar ese sueño que me atormenta toda las noches, no voy a prestarle atención. Mi esposa como siempre dejo todo listo para mí.

Baje las escaleras acomodando el cuello de la camisa, encontré una imagen tan tierna que me ablando el corazón, mi amada familia reunida disfrutando de un delicioso desayuno preparado por las manos maravillosas de mi esposa, ella volteó a verme y sonrió al instante.

— ¿Cómo me veo? — pregunté con una sonrisa pícara.

— ¡PAPI! — mi pequeño hijo se bajó de la silla y corrió hacia mi.

Lo tomé entre mis brazos, deposité un beso en esos cachetes tan rellenitos. Me acerqué al consentido de la casa, besé su frente y él sonrió con ternura, dejé a mi hijo Seung en su silla para que termine su desayuno.

Acabé el desayuno y subí a la habitación para recoger mis pertenencias, ví la hora y bajen las escaleras muy rápido, encendí el auto para ir al trabajo.

— Cuídate mucho mi amor — besé sus labios — Y también a los niños.

— Espera un momento...

Entró en la casa para entregarme mi celular que siempre lo olvido.

— ¿Qué haría yo sin usted señora Choi? — río ante mi pregunta, está mujer vale oro.

— Lo mismo digo señor Choi — acarició con suavidad mi mano — No le quitó más tiempo, trabaje muy duro.

— Eres la mejor esposa del mundo.

Infiel © [T.O.P y Tú] ~ Segunda TemporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora