【Historia | DBZ】『VegeBul』

『h i s t o r i a』

Mi historia con Vegeta no es nada normal.

Él visitó la Tierra causando el temor, junto con su compañero Nappa, en busca de Gokú para poder tener una batalla con él.

No, Vegeta por suerte no sabía de mi existencia en ese momento, pero yo tenía mucho miedo por lo que podía pasar. Gokú logró derrotarlo y le perdonó la vida dejándolo marcharse.

Años más tarde, ambos nos conocimos en el planeta Namek; yo acompañaba a mis amigos para recoger las esferas del dragón y Vegeta causaba miedo y robaba esas máquinas de cumplir deseos.

Me ponía nerviosa y me asustaba cuando él estaba cerca mío, pues era un saiyajin despiadado, frío y cruel, que aniquilaba a las personas por diversión.

En algún momento de ese día, Vegeta se puso de nuestro lado y luchó contra Freezer. Murió en el intento, rogándole a Gokú que lo matara vengando la muerte de su padre, madre, y el resto de la raza.

Gokú cumplió lo que Vegeta dijo. Venció a Freezer, revivieron a los muertos e invité a Vegeta a casa.

En ese lapso del tiempo mientras no sabíamos si Gokú estaba muerto o vivo, Vegeta convivió conmigo sin ningún problema. Yo cocinaba, limpiaba sus ropas, le gritaba y me hacía caso ¿quién no se resistiría a mis órdenes?

Gokú vino a la tierra, y junto con él, un muchacho de cabellos lilas y ojos celestes como el cielo, con el emblema de la corporación cápsula y sangre saiyajin. Nos avisó que Gokú enfermaría y moriría, y se podía notar a kilómetros la sonrisa de Vegeta.

Yamcha y yo éramos una pareja en ese tiempo. Nuestra relación no era buena; él no aceptaba que esté con Vegeta y me había dado cuenta que me era infiel.

Terminé mi relación con Yamcha.

Recuerdo que estaba en mi cuarto llorando, y Vegeta entró en él avisándome que tenía hambre. Pero con unas simples palabras como "ese insecto no te merece" pudo enamorarme.

Me acercaba a él cada vez que podía, interrumpía sus entrenamientos, lo coqueteaba, lo ayudé cuando la máquina de entrenamiento explotó; nunca dejaba pasar una oportunidad para estar con Vegeta.

Y así pasaron los años.

Antes de que los androides vinieran, porque ese muchacho misterioso —que resultó ser mi hijo del futuro— nos avisó que atacarían una ciudad, Vegeta y yo tuvimos un hijo. El más bello de todos: Trunks.