Había sido una mala idea mudarse con su mejor amigo; aquel amigo que siempre tiene su apartamento reluciente, que su ropa siempre esta doblada en el lugar donde debe de ir. Un amigo cálido en el que puedes confiar, atento, amoroso, todo eso junto en un mismo chico.
—Se me hace tarde, Mark— bebió de su jugo de naranja. Mark sólo lo miraba con fascinación, amaba ver esos labios en movimiento y gracias a ese jugo que había bebido se mantenían húmedos. —te veo en la noche.
El rubio no hizo más que sonreírle y cuando la puerta se cerró, corrió hasta el baño que estaba fuera de la habitación de Jinyoung, al final del pasillo. Allí mismo entre cuatro frías y limpias paredes, arregló su problemita que se mantenía apretado entre sus piernas.
Él no odiaba ser gay. Él odiaba gustar de su mejor amigo.
Para la noche, cuando se acostaban para dormir; Mark veía como Jinyoung arreglaba el sillón grande que se encontraba en su habitación para que el rubio durmiera cómodo, pero Mark no veía sus acciones, sino que, Jinyoung diariamente dormía sin camisa; cosa que a Mark lo ponía incómodo.
—De verdad, puedo dormir en la sala.
—Aquí es más cómodo, tienes dos semanas pidiendo dormir en la sala— Jinyoung volteó a verlo. —no te gusta dormir en la misma habitación que yo.
—¡No! no es eso, no quiero molestarte.
—No es molestia.— siguió con su tarea.
—Entonces déjame hacer eso a mí.
—¿Bromeas? Tú lo único que haces es aventar las sábanas sin acomodar, por eso amaneces con dolor de espalda.
Ambos se acostaron en sus respectivos lugares y Jinyoung apagó la luz artificial quedando solamente iluminados por la luz de la luna.
—Eres como un pequeño principe, Jinyoung.
Mencionó Mark en voz baja, pero suficientemente audible para el pelinegro.
Jinyoung miró através de la obscuridad el rostro de Mark, el cual miraba hacia afuera del ventanal. Las luces de los edificios hacían una bonita convinación con la luz azul de la gran luna. Esas mismas luces provocaban que Jinyoung pudiese ver con claridad cada facción de su mayor. Nunca se había puesto a admirar cada rasgo de éste, era realmente guapo.
—Hay algo en mi vida que no te he contado, Jinyoung.
—¿Quieres hacerlo ahora?
Mark volteó entrelazando miradas.
—Soy gay.
Jinyoung abrió sus ojos más de lo normal y miró como Mark se ponía de pie quitándose las sábanas de encima.
El chico rubio camino lento hasta la cama del pelinegro y se subió a esta quedando sobre Jinyoung.—Y me gustas tú.
Dicho esto, devoró los labios rojizos del pelinegro quien estaba confuso y asustado a la vez.
Mark logro meterse entre las sábanas donde pudo acariciar la suave piel del chico que tenía debajo. Agradecía de sobremanera que Jinyoung durmiera así.—Mark...— jadeó.
—Shhh.
Se posicionó entre sus piernas y besando su mentón comenzó a friccionar sus miembros moviendo con cuidado y lentitud su cadera. Jinyoung comenzó a cambiar el miedo por placer e impulsos que ni él se imaginaba que tenía. Había comenzado a despojar a Mark de la playera que llevaba acariciando su piel mientras la subia de a poco.
El rubio sin ningun tipo de resistencia ayudo a el otro a quitarse la camisa, le quitó los pantalones a Jinyoung junto con su ropa interior. Él por pena, miró hacia otro lado de la habitación.