21. Entre rejas

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Tres años. Tres años han pasado desde que no volví a ver a Bulma. ¿A que no saben donde estoy, eh? ¿A que no lo saben? Muy bien, se lo diré.











En la cárcel. En la puta cárcel. Al parecer, cultivar droga es ilegal. Que cosas. Alguien se lo dijo a la policía, ¿y a mi que? Todo me la pelaba. Por cultivar mis plantas, me han caído 10 años de cárcel. JAJAJA. A tomar por culo. No salgo de aquí hasta que me jubile.

Estoy en mi celda. No es una cualquiera. Es una para personas con trastornos psicológicos. La habitación tiene las paredes acolchadas y llevo una camisa de fuerza. Se preguntarán: ¿por que coño estas ahí? Fácil. He intentado escaparme varias veces y al no conseguirlo, esto es lo que recibo. Por lo menos, me permiten llevar mi Walkman y unos cascos. Lo de la camisa de fuerza no es ningún problema, puedo romperla cuando me plazca.

Ahora mismo estoy sentado en una esquina de la sala. Llevo puestos los cascos y estoy escuchando "El limite del bien y del mal" del grupo "La frontera". Amo este tema.

-En el limite del bien, ¡el limite del bien! -comencé a cantar. Total, a nadie le importaba.

-En el límite del mal, ¡el limite del maaaaaaal! -todo me la sudaba.

-Te esperaré en el límite del bien y del mal -esta canción hacia que recordase a Bulma. Una lágrima corrió por mi mejilla derecha.

Iba a romper a llorar cuando, como si de magia se tratase, alguien entró por la puerta.

Pov Bulma:

Han pasado tres años desde que Vegeta despareció de mi vida. Soy una estúpida. Debería haberle escuchado. Ahora no se ni donde está.

He conseguido un trabajo para pagar la casa. Tendré que trabajar de "psicóloga" para un preso en la cárcel de la ciudad. No se ni su nombre, ni que le pasa. Solo se que esta como una cabra.

Estoy en el coche de camino al trabajo. Tardé 25 minutos en llegar por en atasco. Al llegar, vi un enorme edificio completamente cerrado. Entré a él acompañada de dos guardias de seguridad. Había presos es su descanso que me miraban descaradamente, sin saber que yo tengo mas poder que ellos en este momento. Los guardias me llevaron a la recepción donde me atendió una mujer de unos 30 años de edad.

-Buenas tardes, ¿es usted Bulma Briefs? -preguntó con un tono dulce.

-Así es, vengo por el trabajo de psicóloga.

-Oh, vale. Le entregaré la ficha de su paciente -me tendió una carpeta que contenía varios papeles. El hueco del nombre estaba en blanco.

-¿Y el nombre? -pregunté aun hojeando la carpeta.

-El preso se niega a hablar. Solo habla para pedir comida o para insultar a los policías.

No le hice micho caso ya que vi la imagen del preso. Oh no, él otra vez. Después de tres años, me volveré a reunir con Vegeta. Algo de felicidad sentí, pero rápidamente me deshice de ese sentimiento y lo cambie por uno de temor. Después de todo, él esta en una camara acolchada con una camisa de fuerza. Cerré la carpeta y se la entregué a la mujer.

-Mil gracias por su ayuda, ¿cual es la habitación? -pregunté devolviéndole la ficha.

-La 562 -dijo ella sonriente. Le devolví la sonrisa y caminé hasta llegar a la sala.

Abrí la puerta lentamente, observando cada rincón de la sala. Vi a Vegeta en una esquina de la sala sentado con los cascos puestos. Llevaba una camisa de fuerza y me miraba estupefacto. Cerré la puerta.

-Hola, Vegeta -dije fría.- Toma asiento, por favor.

-Hmp -dijo para luego sentarse en la silla que estaba enfrente de mi.

Drugs |Vegeta y Bulma| (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora