Las brujas Del tiempo

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Aradia nos había perdido apoyó moral,su hermana mayor Damara habías vuelto del internado en el qué habías permanecido durante varios años.

Aprecimos en una puerta cerca de la casa de mi maestra, su hogar era rustico y hogareño per sabia que tenia una apareincia tenebrosa para que curiosos no se caercaran.

Decidí llevar a Sans por si necesitábamos algo mientras le dábamos la bienvenida a la mujer, pues solo su quedaría unos cuantas días para después buscar un lugar donde viviría ella sola. Aradia nos recibió de manera nerviosa, llevaba puesta una falda gris hasta los tobillos,unas zapatillas rojas con calcetines blancos,una blusa negra con estampados de mariposas rojas y su largo, abundante y rizado cabello castaño oscuro,suelto.

-Bienvenidos chicos- abrió mas la puerta para que ambos pasáramos -Ella llegara en veinte minutos,las indicaciones son las siguientes,no acepten dulces de su parte, no se queden solos con Damara y por ultimo pero no menos importante, ¡No caigan en sus encantos!- lo ultimo lo había dicho de manera sería y ella solo hablaba así cuanto se traba de muertos o cuándo practicabamos magia.

-De acuerdo- dije de manera segura pero Sans solo nos miraba confundido.

Un tintineo nos saco del pequeño estado de panico que la morena había creado a nuestro alrededor, observamos y los relojes habían sido adelantados, Aradia en su nerviosismo nos había dado un salto en el tiempo de 19 minutos para ser exactos.


En la entrada había una chica mujer de al menos 28 años con labios rojos, rasgos asiáticos, su cabello negro recogido con dos palillos, una camisa de botones roja desmangada con toque dorados, como las de la chicas que venden comida china, una falda negra corta y ajustada a sus caderas y unos zapatos de tacón rojos, además que traía consigo una elegante pipa con un dragón tallado, de reojo pudimos ver como un par de grandes maletas eran dejadas por el chofer del taxi que salió despavorido y arranco a gran velocidad el vehículo, la mujer dio una calada a su pipa.

-El transporte fue gratis- se limitó a decir mientras entraba naturalmente a la casa de su hermana menor y las dos maletas que estaban detrás de ella las seguían.

Aradia algo apenada cerró la puerta y volvimos a la sala donde su hermana mayor tiro sus zapatos a un lado y se dejó caer en el sofá, yo me senté al lado de Damara en un sillón, Sans y Aradia en el otro que estaba enfrente de nosotras.

-Y dime, ¿Dónde está Droog?- dijo arrojándole el humo de su pipa en la cara al esqueleto pero él ni siquiera de había inmutado.

-Oh...él está en prisión por robar un banco junto con el az de espadas, el de corazón y el de trébol, aunque me llamo hace unos días diciendo que se iban a escapar- dijo de una manera tranquila, Droog era el tutor de la chica, aunque que ella fuera una adulta, mi maestra le tenía mucho aprecio, lo vio como un padre y ella decidió que siguieran viviendo juntos a pesar en los problemas en que el hombre y sus compañeros en el crimen le causaran a la chica y a sus tres mejores amigos, pues cada uno de ellos, incluyéndola, tenía a un bandido como guardián.

Aún recuerdo el día en que me presento a sus amigos. Estábamos en la casa del chico de cabello negro, además de Aradia estaba, el azabache y yo, nos acompañaba un chico rubio y ojos bicolor, junto al amigable chico castaño que estaba en silla de ruedas. Los cinco estábamos hablando de manera alegre hasta que alguien toco la puerta.

Dos policías tenían esposado a un hombre de traje y sombrero, que tenía una prótesis mecánica como su brazo derecho, me había quedado sorprendida ante esa repentina aparición.

-¿Conoce a este hombre?- uno de los oficiales hablo.

-Nop- acto seguido el chico de cabello negro les cerró la puerta en la cara a los hombres.

Vainilla y Cerezas (+18)G!Sansx(____) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora