Capítulo 18 ~ Te necesito

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Los segundos pasaron y se convirtieron en eternos minutos que me hicieron dudar de mi esposa, la casa de su madre no queda tan lejos para que se retrasé tanto, después de unos minutos escuché el motor del auto en el garaje, el ruido de los zapatos...

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Los segundos pasaron y se convirtieron en eternos minutos que me hicieron dudar de mi esposa, la casa de su madre no queda tan lejos para que se retrasé tanto, después de unos minutos escuché el motor del auto en el garaje, el ruido de los zapatos de tacón se escucharon en la puerta. La cerradura se abrió y mi mujer entró en la casa sin decir ni una sola palabra.

Acaso ya no le importo, a ella le pasa algo porque no es su actitud de todos los días, salió de la cocina con un vaso de agua y sentí su mirada sobre mi, tengo tantas preguntas en la cabeza que no sé por cuál comenzar.

— ¿Cómo están los niños? — preguntó.

La regresé a ver, sentí un miedo en su mirada cómo si yo fuera un demonio, alcé mi mano izquierda con esa cosa entre mis dedos, dejó el vaso con agua en la mesa del comedor y camino con pasos ligeros.

— ¿Es tuyo? — indague incrédulo.

Ella se sentó a lado mío, tomó la prueba de embarazo con mucha seguridad y me sonrió. Acaso es verdad sobre el embarazo.

— Es de una amiga de la academia.

Algo no cuadra en toda esta historia, si su amiga esta embarazada, ¿porque encontré esa prueba en el baño de nuestra habitación?

— Nos invitó a un café para celebrar por eso es que estoy un poco elegante.

Entiendo, regresó a casa para cambiarse de ropa.

— Ya veo — suspiré más tranquilo.

Por un momento llegué a pensar que mi esposa me fue infiel, soy tan estúpido por desconfiar de la persona que amo. Ella se levantó del sofá para tirar la prueba de embarazo en el basurero, por una simple cosa estoy retrasado para un desfile importante, está vez no podía fallar, (...) se acercó a mí y tomó mis manos para guiarme hacia las escaleras.

— Debes estar cansado, vamos a dormir — subió el primer escalón pero la detuve

— No puedo, tengo que ir a un desfile.

La sonrisa que tenía en su rostro fue desapareciendo poco a poco, noté la decepción en su mirada, ella está cansada de toda esta situación tan estresante entre los dos, soltó mis manos y subió las escaleras enojada.

Pensé por un momento sobre lo que estoy haciendo, a fin de cuentas Bom ya sabe que no podré ir al desfile, más importante es mi esposa que el trabajo. Subí las escaleras para pasar tiempo a solas, cerré la puerta y ví que mi esposa estaba admirando las estrellas desde el balcón, me acerqué a ella para acompañarla.

— ¿Porque no te vas? — dijo molesta.

La miré confundido, la abracé para contarle la buena noticia de que pasaré toda la noche con ella.

— Quiero pasar más tiempo contigo.

Quitó mis manos de ella, retrocedió un poco cómo si yo fuera a dañarla. Solo quiero tener un poco de intimidad que nos hace falta, tomé sus brazos para detenerla.

— ¡Suéltame! — ordenó.

— Eres mi esposa y tengo derechos...

— ¡No! No los tienes — jamás la había visto así, intentó soltarse de mi pero no la dejé.

— Sólo quiero hacer el amor con mi esposa — le rogué.

Me fuí acercando más a ella para besar sus labios.

— ¡Suéltame! ¡Ahora! — alzó su tono de voz.

— ¿Qué está pasando contigo? — tomé sus hombros con fuerza — (...) siento que te estoy perdiendo.

— Yo siento que perdí a mi esposo — sus palabras me dejaron quieto.

Sus palabras me dolieron, quizá ella si me perdió, tengo un hijo con otra mujer que no amo y ya no tengo mucho tiempo para mis propios hijos. ¿Será que ya descubrió sobre Krystal? Por eso su actitud tan rara conmigo, debo decirle la verdad aunque sea tarde, ella estaba sentada al extremo de la cama.

— Hablemos sobre esta situación — tomé asiento en la cama guardando mucha distancia.

— Ahora sí quieres hablar — bajé la mirada apenado por mis errores — Cuando todo está perdido.

— (...).

— Ya me quedo muy claro que nuestros hijos y yo debemos esperar seis largos años para que mi querido esposo vuelva a ser él de antes — tenía toda la razón.

Parezco un niño pequeño recibiendo los regaños de su madre, (...) se levantó de la cama para salir de la puerta pero la detuve porque la amo, no quiero que se vaya de mi vida, la puse contra la pared y la miré a los ojos.

— Dame una segunda oportunidad — se burló de mi propuesta con una sonrisa — Todas las personas la tienen.

— ¿De qué servirá? — cuestionó frunciendo su ceño, hice una promesa pero necesito que ella está bien conmigo.

— Intentaré ser mejor padre para nuestros pequeños hijos y un mejor esposo — no tenía cara para seguir mirando su rostro lleno de decepción.

— De nada servirá — me mordí mi labio inferior por su respuesta tan determinante — Después de un tiempo tu mal carácter volverá...

— Eso no es cierto — sé que no tuve el derecho de empujarla aquella vez pero tenía tantas cosas acumuladas que no medí mi fuerza.

— ¿Y las veces que me ignoraste? ¿Cuando me gritaste? ¿ Cuando me agrediste? — cerré mis ojos por la vergüenza de escuchar tantos errores — ¿No cuentan?

Gritó desahogando todas las cosas que tenía dentro de ella, me limité a escuchar todo lo que tenía que decir pero eso fue suficiente, ¿acaso ya no había una esperanza para nuestro amor? ¿todo se perdió por mi culpa? fue demasiado tarde para aclarar las cosas con mi esposa, siempre hubo obstáculos que me impedían decir la verdad.

— Si te doy una oportunidad — por fin miró mis ojos desesperados por encontrar una salida — ¿Me contarás todos tus secretos?

Tragué saliva por su propuesta, si le cuento todo lo que he pasado me liberare de todo este peso que llevo dentro de mí pero sé que ella no me perdonará todas las porquerías que he cometido, no tenía otra opción, debo aceptar su última oportunidad.

— Sí — besé sus labios.

Con cada beso que sentía de ella me confirma que los dos nos amamos, la cargué entre mis brazos para colocarla en la cama, bajé el cierre de su vestido mientras besaba su cuello tan suave, ella me abrazó muy fuerte y pensé por un momento que aceptaba todo.

— No puedo — susurró.

Qué equivocado estaba, ella no me dió una segunda oportunidad completa, sólo fue a su conveniencia y yo fui idiota al creer en sus palabras. Me separé de ella molesto, necesitaba que alguien satisfaga mis necesidades, pensé en cierta persona pero no, no voy a caer de nuevo en las garras de esa víbora.

Llegué a la casa de mi mamá para dormir en el sofá, talvez ella quiere que confiese todo para que todo vuelva a la normalidad.

Infiel © [T.O.P y Tú] ~ Segunda TemporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora