Me levante tranquilamente hacia mi instituto, el cual no quedaba tan lejos solo algunas calles.Nunca había tenido muchos amigos, pero los pocos que tenía me eran suficientes.
A las demás personas de mi cursó no les caía muy bien...
vivo sola aqui en Madrid, ya que obtuve una beca por mis buenas calificaciones y me mandaron a estudiar aqui, lejos de mis padres.
nunca he sido una chica problema, según mi amiga siempre soy muy tranquila y doy la presión de no matar una mosca.
Llegué rápido al instituto, cómo todas las mañanas mis amigos me estaban esperando en la entrada.
Raquel hablo siendo tan amable como siempre.
– ¿Cómo te trata la vida está mañana?– sostiene mi mano con una sonrisa.
–holap, no podría quejarme, ¿Tú qué tal? – su mirada viajó hacia atrás de mi.
– perfectamente...no es para alarmarse, pero un chico muy guapo te está viendo.– me mira pícara.
Sin entender muy bien vacilé entre preguntar o mirar directamente – ¿Le conocemos?
– Es de último año – habló con más emoción de la necesaria.
– bueno...debemos ir a clases.–
Mi instituto tenía bachillerato y universidad, era más fácil para todos estudiar aqui sin necesidad de exámenes difíciles y trámites aburridos. Los chicos de último año tenían más de veinte menos de veinticinco.
/./././
Las horas pasaron demasiado rápido, ya quería llegar a casa y hacer mis tareas mi día se resumía a eso, le agarré gusto a hacer la tarea ya que no tenía nada mejor en lo cual ocupar mi tiempo.
Estaba saliendo del instituto con Raquel cuando volvió a mencionar algo sobre el chico de la mañana.
– mira nada más, es el bombón de último año. – veía sus ojos llenos de descaro.
– solo es un chico más, Raquel.–
– es guapísimo.– sus ojos se abrieron con sorpresa. – santa mierda viene para acá. – sin poder entender muy bien lo que decía se fue corriendo.
–¿Qué?...– un voz gruesa me trajo a la realidad
– Hola, linda – sonríe con confianza aplastante.
– hola – solo pude pronunciar eso con mucha torpeza.
– Mi nombre es Rubén. – extendió su mano hacia mi–
– mi nombre es T/N, un placer. – sujete su mano que parecía enorme.
– Eres mucho más linda de cerca, pequeña. – tomó un mechón rebelde de mi cabeza poniéndolo detrás de mi oreja.
– G-gracias – tartamudeo un poco nerviosa y sólo pensé en lo que mejor se hacer, escapar. – tengo que irme Rubén...
– Si quieres te acompaño a casa – sonríe dándome ánimos.
– N-no es necesario...puedo irme sóla.
– déjame acompañarte, solo está vez, ¿Sí? – me mira suplicante.
Suspiró algo nerviosa. – Está bien, solo por esta vez. –
El caminó estuvo lleno de silencio, mi cabeza pensaba tantas cosas. nadie fuera a mi círculo diminuto de amigos me había acompañado a casa. Estaba muy nerviosa.
Estando afuera de la entrada de mi casa intenté portarme amable invitandole a pasar sin ganas de que aceptará.
Avanzó hacia mi acorralandome contra el sofá un paso más y caería.
Sentí su respiración tan cerca de mi rostro, más exacta de mis labios estaba a unos centímetros de tocarse. Su mano tomó mi cuello de forma firmé y me besó.
Sentí mi cara arder de lo sonrojada que me encontraba en ese lugar.
– te ves hermosa con la cara tan rojita.– de un movimiento ágil retomó el besó.
No puse resistencia, ¿Que posibilidad existe que un chico tan lindo te besé? También besaba con una agilidad increíble como si todo lo supiera.
Me sobresaltó cuando su mano se pierde debajo de mi falda, tocando mi carné subiendo por mis muslos.
Me separó – no puedo hacer ésto...–
– ¿Porqué tan nerviosa?, ¿Nunca te lo habían hecho?–
– N-no – conteste llena de vergüenza que posiblemente me llevaría a llorar.
Tenía la cara roja, muerta de vergüenza queriendo desaparecer en ese momento.
Parece que Rubén se dió cuenta de la situación.
– tranquila, está bien es algo normal. – me toma entré sus manos formando un abrazo cálido.
Tocaba mi espalda formando caricias cálidas.
Me sentí protegida.
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DADDY
Random- Rubén... - lágrimas recorrían sus mejillas. - Él la mira con lástima sintiéndose culpable. - Ya pasó, tranquila... - Quería abrazarla y hacerla sentir segura en sus brazos pero no sabía si ella lo permitiría. Un débil sollozó se escapó de sus l...