Podría haberle dicho que sí, que estábamos perdidos y que todo había sido mi culpa; pero en lugar de eso decidí callarme y esperar un poco a que él hablara, pues sabía que en cuanto mencionara algo, se me tiraría encima.
—John, te hice una pregunta y la repetiré porque creo que eres corto de mente: ¿estamos perdidos?
—Eh...
—¡Contéstame, Lennon! —me gritó irritado y yo suspiré derrotado.
—Sí...
—Lo sabía, lo sabía —gritó frustrado, pasando sus manos por su cabello—. ¡Eres un inútil! ¡Todo arruinas!
—¡¿Disculpa?! ¡Agradece al menos que quise llevarte, niño estúpido! —grité furioso, sintiéndome superior pues estaba acostumbrado a sentirme así.
—Lo agradecería si hubiésemos llegado a la ciudad —murmuró.
Paré el auto de golpe y sentí que Paul me miraba asustado.
—Escucha, Paul. Estoy cansado de ti, eres simplemente desesperante. Trato de enmendar mi error y lo único que haces es quejarte de que estamos perdidos, y estoy a esto —dejé un espacio de menos de un centímetro entre mi dedo índice y mi pulgar para demostrar lo poco que era—, de dejarte varado aquí a merced de la madre naturaleza. Y no querrás que eso suceda ¿verdad?
Pude ver el rostro de McCartney enrojecer, así que deparé en que quizás había sobrepasado la raya del límite.
—¡Que te den, John Lennon!
Y así fue como salió del auto, dando un portazo. Genial.
Salí del auto y al instante una brisa helada me golpeó el rostro, haciéndome temblar. Busqué a Paul con la mirada, pero la oscuridad y mi miopía eran un gran impedimento.
—¡Paul!—grité con la garganta un poco irritada y tanteé el terreno con mis pies— ¡Paul, vuelve! ¡Es peligroso! —caminé un poco más, temiendo no encontrarlo.
Nada, no se oía nada excepto por los grillos. Comenzaba a asustarme, si regresaba al campamento sin Paul estaría en graves problemas.
—¡Paul! ¡No es gracioso que andes por aquí solo! —grité sintiéndome furioso por la inmadurez del chico. Sin embargo, a falta de mis gafas, no me percaté de una piedra en mi caminó y caí—. Maldita sea, agh —tanteé hasta encontrar mi tobillo y lo sobé un poco. Apenas tocándolo pude notar que estaba torcido.
No podía creerlo, además de estar perdido con el infantil de McCartney... también estaba lastimado y no podía levantarme. ¿Por qué a mí?
Oí pasos cerca mío y me paralicé. Lo que me faltaba, ser devorado por un lobo o algo así. El frío del lugar no ayudaba mucho, pues hacía que mi cuerpo no quisiera cooperar para al menos arrastrarme lejos. Mi corazón latía muy rápido debido a la adrenalina, pero estaba inmóvil. Sentí una mano en mi pierna y comencé a temblar.
—Tranquilo, soy yo.
Pensé que al escuchar la voz de Paul me calmaría, pero eso sólo hizo incrementar mi enojo.
—¡Idiota! —grité con todas mis fuerzas— ¡Inconsciente!
—¡Lo siento, lo siento!
—¡Ah! —exclamé cuando intenté levantarme.
—¡Deja de moverte! No podrás irte de aquí.
—Tendré que intentar o morir en el proceso.
Quise aventar a McCartney y largarme, pero dada mi condición no pude hacerlo, por lo que permanecí en el piso, hirviendo de coraje.
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The Freak Show [McLennon]
FanficA sus 18 años, Paul McCartney debía, como todo chico de su edad, buscar trabajo. Inútiles fueron las súplicas a su padre para que lo dejara seguir el camino de la música, pues argumentaba que no eso no le daría de comer. Así que, quedándose sin opci...