309. Las lluvias de Castamere

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Esta tarde, camino al Muro, nos hemos encontrado una pequeña torre que, por el estado de su molino parece totalmente inhabitada. Está oscureciendo, así que decido entrar para ver si podría ser nuestro techo esta noche mientras el grupo avanza sin mí.

La observo por dentro. Efectivamente, nadie habita en ella y es pequeña, pero acogedora. Y lo más importante, sonrío para mí, tiene un techo firme que nos puede ayudar a dormir más calientes esta noche.

Decido volver para informar al grupo, aunque mi hermano ya está comentando que el terreno parece deshabitado. Antes de eso Bran explicaba algo, creo que no está muy convencido de que nos quedemos aquí y que Jojen intenta convencerlo. 

-Es buena tierra, y aquí no hay guerra -digo, y Bran se gira para mirarme-. ¿Por qué irse?

-Los salvajes -contesta simplemente.

Aunque noto que se arrepiente enseguida y que Osha le echa una mirada. Es cierto que pienso en ella como la salvaje, pero tampoco se lo diría a la cara porque entiendo que puede ofenderla.

-Perdón... pero cruzan el Muro y saquean, roban, raptan mujeres.

-La vieja Tata decía que hacían un cuenco con su cráneo y les hacían beber su sangre -interviene Rickon con misterio.

Mi mirada se pasea desde los niños Stark hasta la mujer, que no parece muy cómoda. Como si se acabase de dar cuenta de lo que acaba de sugerir, Rickon se gira hacia Osha.

-Lo decía la vieja Tata...

-Se acerca una tormenta -dice de la nada Jojen.

-Yo no veo... -comienza a decir Bran, pero es interrumpido por un trueno.

Hodor agacha la cabeza y noto cómo empieza a sujetar el carro de Bran con más fuerza de la necesaria. Algo se me revuelve por dentro al verlo actuar así e insisto una vez más.

-Un refugio como cualquier otro. 

Observo que las miradas del grupo han cambiado y que me seguirán, así que comienzo a caminar dirección a la torre.

-Bebamos sangre mientras esperamos -dice Osha.

Rickon suelta una pequeña exclamación.

-No necesito mucha.

Me río por dentro.

***

La lluvia golpea a la torre con fuerza y trae consigo un olor fresco. Miro por un pequeño ventanal pacientemente, observando cómo las gotas van formando poco a poco charcos de barro. De vez en cuando, el cielo se ilumina, pero no me da miedo. La verdad es que me encantan las tormentas. Sin embargo, el resto no parece disfrutar nada en absoluto. Rickon y Osha no dejan de dar vueltas, Hodor se revuelve inquieto cada vez que suena un trueno y Jojen se mantiene muy quieto en silencio.

Por otro lado, el mayor de los Stark parece impaciente.

-¿Cómo vamos a cruzar el muro? Mi tío dice que tiene 300 varas de altura... ¿tú cómo lo cruzaste? -pregunta Bran a la mujer.

-Cogí una barca y pasé por la Bahía de las Focas. 

-Tardaríamos dos meses en llegar a la Bahía de las Focas.

-Los hay que escalan el hielo.

-Ni Hodor es tan fuerte como para trepar por el Muro conmigo a las espaldas -le contesta el niño.

-Hodor -dice el aludido.

-Diecinueve castillos guardan el Muro -comenta Jojen-, y sólo tres están custodiados. Una de las fortalezas abandonadas nos ofrecerá paso.

HE WAS NEVER MINE TO LOSE | ·Meera Reed x Bran Stark·Donde viven las historias. Descúbrelo ahora