VIII

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  -¡Azul! ¿Ya? 

-Esperate mujer, ya voy ¿Tienes las llaves? -asiente- No se para que llevas tantas cosas si vamos por un día Hanna. 

-Un día y medio. 

-Llaves, celular, ropa, comida ¿Qué más falta? ¿Tienes dinero ahí verdad? 

-Aja - Listo vayámonos- Espera espera espera me estoy olvidando de mi neceser, lo deje en las escaleras. 

-¿Cómo te vas a olvidar de eso? Pasa-dije volviendo a abrir la puerta, Hanna entró corriendo-. 

-Listo, vamos.  

Razón tenía Austin de que esta semana no era más que presentaciones de profesores y alumnos, gente que cada día más se integraba del mismo Australia e internacional mente, también los profesores nos hicieron conocer nuevamente los laboratorios -aunque nosotras ni sabíamos donde era- y salones específicos que solo se podía entrar con guantes, gorro y un gran mandil según el profesor para no contagiarnos de nada. 

Era poco el tiempo que Sydney pero ya sentía haberme acostumbrado ya sea en levantarme temprano para nuestro desayuno o hacer las compras para la casa, Hanna que se encargaba de exactamente la limpieza de toda la casa aunque no me duraba ni una semana el bidón de aromatizante, por lo menos me ayudaba. Y como Macquarie quedaba a quince minutos de mi departamento yendo a pie, ahorrábamos gran dinero no usando ningún medio, aquí la gente suele madrugar bastante se podría decir que son muy responsables sino porque habría un tráfico increíble a las siete de la mañana.

A las diez de la noche salimos de la ciudad camino a Melbourne, vamos tres horas viajando, al inicio como que conversábamos y nos reíamos de las estupideces que se le ocurría a Joey o de los disparates de Hanna, luego Joey empezó con sus burlescas indirectas para mí y la malogró completamente, idiota. Joey quiso relajar el momento y lo logró pero hace un rato que Raissa se molestó con la broma que hizo y la remalogró, y todos recurrimos a nuestros celulares.

-Hay no no no no ¡NO!

-¿Qué pasó?

-¿Qué se te olvidó Hanna?- digo despertando de mi minisiesta-.

-No, no, no se me olvidó nada- Hanna habló media irritada- Sino que creo que que...hay parece que me vino mi mes -susurró-

-Según el GPS estamos cerca a un grifo, y sale que tiene un minimarket, si gustas paramos ahí- Añade Austin, okay el susurro de Hanna no fue tan susurro-.

-Obviamente tienes que parar hermano.

-Yo iré por tus toallas y tú ve al baño, luego te las alcanzaré- ella asiente- ¿Algo más?

-Me compras alguna pastilla si la hay, y toallas húmedas sí o sí.

-¿No quieren que les compre algo chicos?

-¿Me compras un Red Bull? -asiento ate lo que Joey me encargó - Y... -Raissa iba hablar pero el le gano- Cinco barras de Hershey's-dijo sacando el dinero de su billetera provocando una sonrisa de parte su enamorada-.

-Y con lo que sobra, Snickers -reí-

Habíamos parado en el minimarket del grifo, estacionamos a unos pasos de ahí. Guardé el dinero que Joey me había dado en mi celular y mi celular, decidí salir luego ayudé a bajar a la adolorida de Hanna, tiene diez minutos con la regla y ya le duele. Al costado del minimarket estaban los baños llevando a mi amiga hasta ellos. Para entrar al minimarket tenía que volver a pasar por el auto del idiota digo de Austin, y bueno.

-Espera, espera -abre la puerta de su auto- Yo también compraré algo- rodé mis ojos e ignoré sus palabras entré al lugar.

Sentí su sombra detrás mío lo que me provocaba nerviosismo y fastidio, hubiera preferido que me encargue lo que tenía que comprar antes que tenerlo cerca hasta en el minimarket.

Azul.adoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora