Capitulo Once

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—Hola.

La voz de _______ fue un suspiro suave y ligeramente tembloroso. Bien. Tenía razones para estar nerviosa. Él también lo estaba. Tenía las entrañas como un polvorín a punto de estallar.

¿Qué ocurriría con su reserva y autocontrol cuando Ashton y él la llevaran a la cama? Catapún. Sentía cómo la adrenalina corría por sus venas como solía ocurrir después de una misión. Necesitaba follar, y no podría contenerse demasiado tiempo. Y lo que era peor… parecía estar obsesionado con ella.

Era muy probable que _______ acabara implorando ser penetrada. Pero cuando suplicara por un duro miembro en su sexo, ¿cumpliría él la promesa de permitir que siguiera siendo virgen?

A pesar de lo que habían acordado, no estaba seguro.

Podía follarla, podía reclamarla, pero ¿podría afrontar las consecuencias?

¡Demonios, no! No quería correr más riesgos con vírgenes. Ni hablar. Nunca más. _______ aprendería todo lo que pudieran enseñarle en dos semanas y luego se iría. De una manera u otra tendría que resistir la tentación.

—Adelante —decía Ashton, agarrando la pesada bolsa de viaje y dejándola en el suelo del vestíbulo—. Nos alegramos de tenerte aquí. Me encanta que hayas decidido quedarte con nosotros.

Y si Ashton se salía con la suya, _______ no se iría nunca.

—Gracias por cambiar de idea.

_______ parecía cohibida mientras se colocaba su sedoso pelo detrás de la oreja y sus ojos color avellana recorrían con rapidez la salita y la cocina.

Su mirada se encontró con la de Luke y ninguno de los dos la apartó. Ella contuvo el aliento ante la descarga eléctrica que le recorrió el cuerpo. El sintió una punzada en el vientre y un fuerte tirón en su miembro duro.

Maldición. Estaba perdido.

Ashton tomó la mano de _______ y la guió a la cocina.

—Yo no necesitaba cambiar de idea. Por lo que a mí respecta, siempre has sido bienvenida.

«Gracias por echar una mano, primo».

— Luke. —Su nombre tembló en los labios de ella. El sonido descendió directamente a su miembro.

Dado que no confiaba en sí mismo para no revelar los sucios pensamientos que le pasaban por la cabeza, guardó silencio y asintió brevemente.

—¿Un vaso de vino? —le preguntó Ashton, guiándola al centro de la cocina.

—Claro. Gracias. ¿Tienes vino blanco?

—Tengo un excelente chardonnay.

—Perfecto.

Ashton le dirigió una mirada reprobadora al pasar por su lado. ¿Qué demonios quería su primo que hiciera? A Luke no le gustaba el vino. Ashton tenía el don de la palabra, así que Luke le dejaba llevar la conversación. Era lo mejor, ya que Luke sólo hablaba como un cavernícola. Además, no tenía nada que decir. Si tocaba a _______ ahora mismo, Ashton sólo oiría dos sonidos: él arrancándole la ropa y ella gritando como una loca cuando la boca de Harry le cubriera el clítoris hasta que se corriera

—Huele genial —murmuró ella, dirigiendo una tímida mirada en dirección a Luke.

Sonriendo de la misma manera encantadora que un ma*ldito presentador de un programa de entrevistas, Ashton le ofreció a _______ una copa de vino.

—Espero que te guste. Ponte cómoda. O, si lo prefieres, dile a Luke que te enseñe la casa.

_______ tomó un sorbo de chardonnay, luego dirigió una mirada ansiosa en dirección a Luke. Se pasó la lengua por el exuberante labio inferior y a Luke se le aflojaron las rodillas.

Fantasía Prohibida - Luke Hemmings y Ashton IrwinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora