Hay momentos en los que la base de nuestra existencia, no existe. Nos encontramos encerrados en una burbuja imaginaria, protegiéndonos de todo aquello que no queremos que vuelva a suceder.
Pero a veces esa burbuja explota y nos damos cuenta de que todo no es tan malo como pensábamos, ni tan bueno como querías que fuese.
Y tras la desaparición de esa burbuja que nos envolvía, nos damos cuenta de que, en realidad nos protegíamos de poder ser felices.. Que nos anulaba por completo de ver un día diferente a la rutina.
De que arrepentirse de cosas, mostrarnos tal y como somos no es malo, de imaginar un futuro donde seamos capaces de vencer nuestros miedos. De conocer todo aquello que nos hace fuertes y débiles, de saber como andar sobre piedras calientas, sin temer al dolor.
Dejemos a tras todo aquello que alguna vez nos hizo daño y sigamos hacia delante, porque si pudimos salir de la burbuja, podemos hacer todo lo que nos propongamos.
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No temas al dolor, siempre habrán personas que no merezcan nada de ti, y momentos que te hagan sentir mal. Pero esconderse tras una burbuja nunca será la solución de tus problemas. Y recuerda que llorando no se solucionan los problemas, pero no es malo hacerlo cuando lo necesitas, porque nacimos llorando y llorando morimos.
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Explota tú burbuja y podrás ver el mundo tal y como es.
