Capítulo 8. A un segundo del shinigami
Stark quedó helado al ver a Roxanne en el piso. No sabía si la Espada estaba muerta o tan solo desmayada, pero su cuerpo no podía moverse ante el terror de que le hubiese sucedido algo a la muchacha. El que sí reaccionó ante la escena fue Ulquiorra, quien tomó a la joven en sus brazos para tenderla suavemente en su cama. Calmadamente el cuarto Espada chequeó que la chica tuviera signos vitales.
—No está muerta, Stark—aclaró inmediatamente el de ojos verdes, acercando una silla de la habitación hacia la cama en donde se encontraba la joven.
— ¿Desde cuándo que esta así? —preguntó calmándose un poco.
—Desde que recibió las torturas de Gin por culpa de Grimmjow—contestó el de cabellos negros, mientras acomodaba los cabellos de Zero.
—¡¡Maldición!!—exclamó enojado, sorprendiendo al mismo Ulquiorra que jamás lo había visto en ese estado.
—Ella lo ha decidido así y tú lo sabes—aclaró Ulquiorra intentando hacer que Stark comprendiera los actos de Roxanne.
—No podemos dejar que ella se siga autodestruyendo por ese bastardo que la hace sufrir de este modo—dijo ofuscado el de ojos azules.
Ante el grito de Stark, varios Espada comenzaron a acudir a los aposentos de Roxanne, siendo el primero Grimmjow, quien estaba sumamente preocupado, pero jamás demostraría su angustia.
— ¿Qué diablos le pasó a la zorra? —preguntó agitado, ya que había recorrido una gran distancia para llegar al lugar.
—Te voy a patear el culo—sentenció Stark tomando fuertemente el cuello de la sexta.
—Stark, creo que deberías soltar a Grimmjow—dijo el de cabellos negros.
—No me digas qué es lo que tengo que hacer, recuerda la posición en la que estas Ulquiorra—contestó apretando más fuerte el cuello del de cabellos azules que ya casi no podía respirar.
—Lamento haberme excedido—contestó el de ojos verdes.
— ¿Qué está pasando aquí? —preguntó Halibell al ver como Stark estaba estrangulando a Grimmjow.
—Estoy acabando con este bastardo, porque no entiende con palabras—explicó el de la melena.
— ¿Qué le pasó a Roxanne? —preguntó la de cabellos rubios, dejando completamente de lado lo que le estaban haciendo a Grimmjow y se dirigió hacia donde estaba Ulquiorra.
—La verdad es que no lo sabemos, pero creo que es debido a la condición que tenía hace unos días atrás—informó la cuarta Espada.
—Entiendo ¿no se supone que Grimmjow debía ir por la medicina de Zero? —cuestionó enfadada la de piel morena.
—Sí, pero no la trajo y no puede entender que no puede tratar a Roxanne como se le dé la gana—aclaró el de cabellos castaños usando cada vez más fuerza para acabar con la garganta de Pantera.
—S...tark—balbuceó angustiada la de ojos morados, que apenas se encontraba consciente.
—My lady—dijo el de ojos azules que ya se encontraba tomando la mano de la mujer y había soltado a Grimmjow que trataba de tomar aire.
—Llévame.
— ¿Qué? —preguntó Ulquiorra sin entender lo que sucedía.
—Llévame al mundo mortal, déjame en las manos de Kurosaki Ichigo—pidió la mujer, que apenas podía respirar. Haciendo que Grimmjow se emputeciera por lo que Zero le estaba pidiendo a Stark.
— ¿Dejarte en las manos de un shinigami? Podrías morir—dijo preocupado Stark.
—Maldita zorra ¡Sabía que te habías revolcado con Kurosaki! —exclamó furioso Grimmjow, recibiendo una bofetada de Halibell.
—Tu deberías darle las gracias a Roxanne de que no estés muerto, porque si fuera por los que estamos aquí, ya te habríamos aniquilado—aseguró la de cabellos rubios, a punto de dejar la habitación.
—Halibell.
—Dime Roxanne.
—No me he aliado con nadie. Solo sé que el shinigami tiene la cura para mí—aclaró la de cabellos negros, tranquilizando más a la rubia que asintió y se fue.
—A mí no me vienes con esa Roxanne. Sé que el shinigami te gustó, lo vi en tus ojos, zorra.
—El único al que se le podría decir así es a ti, sexta. A mí nadie me ha visto buscando hombres para satisfacer mis necesidades, pero tú tienes que andar buscando mujeres porque en el fondo estas solo y sufres por eso—dijo la de ojos morados, recibiendo un golpe por parte del de cabellos azules.
— ¡Que sabes tú de mí, Roxanne! —exclamó furioso.
—Voy a matarte, a my Lady, nadie la toca—aseguró Stark que ya estaba detrás de la espada para eliminarla.
—Lo único que se de ti sexta, es que jamás debí haber arriesgado mi vida por ti, pero ahora ya es demasiado tarde. Ulquiorra, Stark abran una garganta y déjenme ir al mundo humano sola. Mañana volveré para que se vengan conmigo y comencemos con el entrenamiento, esa orden también va para ti sexta—aclaró la mujer parándose de la cama.
—Necesitas que uno de nosotros vaya contigo Roxanne. En tus condiciones podrías morir—dijo Ulquiorra.
—No Ulquiorra-sama, estaré bien sola. Stark, trata de soportar el no matar a la sexta por ahora ¿bueno? —pidió con una sonrisa angelical, a la cual la primera Espada no podía negarse.
—Haré lo que my Lady diga.
—La garganta esta lista—agregó el de ojos verdes.
—Recuerden, mañana volveré.
—Por mí, muérete—contestó Grimmjow dejando la habitación, haciendo que una lágrima saliera de los ojos de Roxanne, la cual fue percibida por ambos Espada que prefirieron guardar silencio y ver como la mujer se alejaba.
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La domadora de panteras
Fanfiction[TERMINADA]~En Las Noches no hay paz ni siquiera en época de tregua con los shinigami, y al parecer dos de los Espadas de Aizen no hacen más que causar alboroto. Estos son Grimmjow y una joven llamada Roxanne ¿qué función cumple ella entre los Espad...