BANANA

Una banana.

—JeongHan, dime Hyung.

—Cheol...

—Sé que tenemos la misma edad. — Interrumpió. —Sólo hazlo.

Quiero sentir que eres menor, y poder cuidarte mejor.

No le prestó más atención y siguió cortando en pequeños trozos las frutas regadas sobre la meseta.

Al terminar, incómodo golpeó el cuchillo contra el mármol, y soltando cansado un largo suspiro miró a su "Hyung".

—Deja de mirarme.

—No lo estoy haciendo.—  Disimuladamente subió uno de sus zapatos sobre la mesa para fingir amarrar las agujetas.

—Cheol, lo haces. ¿Qué ocurre ahora?, ¿Es sobre tu novia?...

—Si dices "Novia"—  Formuló comillas con sus dedos e hizo una mueca. —Suena estúpido.

—Sólo suéltalo, sabes que te escucho. Aunque no quiera hacerlo...— Susurró molesto mientras intentaba pelar una banana con solo dos dedos. Había visto a su hermana menor hacerlo antes y después de intentarlo tantas veces y haber fallado, aún tenía un poco de esperanza.

—La perdoné de nuevo...— Decepcionado de sí mismo, cerró sus ojos. Esperaba el típico regaño de JeongHan. Sin embargo, hubo un largo silencio.

Cheol abrió lentamente un solo ojo y observó a JeongHan, quien miraba atento la banana que tenía anteriormente, pero esta vez tirada en el suelo.

—Tu... ¿No me regañaras?...

—¿Regañarte?, No eres un niño pequeño SeungCheol. Tú sabes lo que haces. — Furioso levantó la banana del suelo y la aventó al fregadero. —Buenas noches.

—Pero son las 5...

—¡Dije buenas noches!— Gritó.

Fue lo último que se escuchó antes de que el rubio entrara en su habitación. Y no, no hubo el típico azote de puerta. Esta fue cerrada de una manera educada.

Sí, claro.

—No poder pelar una banana con los dedos sí que lo pone de mal humor. — Suspiró deslizándose en el sofá.