Capítulo 2: Pepper y Pablo.

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Abrí los ojos con pesadez, la luz del sol estaba colándose por la ventana dándome en la cara. Siempre se me olvidaba poner cortina.
Escuché unos golpes en mi puerta, seguro era mi papá o mi mamá para despertarme. Clásico. Si no fuera por ellos y por el sol, no me despierto.

-¿Sí? -pregunté a quién fuera que estuviera tocando la puerta.

-Ya es tarde apresurate -apresuró mi mamá, guarde silencio y escuche los pasos de mi mamá alejándose.

Suspire y me senté en la orilla de mi cama, me pase las manos por la cara, solte un suspiro con fastido.

Ya me había acostumbrado al horario de Japón y ahora era medio difícil despertarme a la hora que se despiertan en occidente. En serio, era difícil.

Me puse de piey camine por mi habitacion hasta salir de ella e ir a la cocina para tomar lo que fuese de comer.

-Hijo, apurate que llegaras tarde -recordó mi padre sentado en la mesa leyendo un periódico.

-Lo sé, lo sé -tome un vaso de jugo el cual me tomé de un solo trago y mordí un pedazo de pan.

Subí a mi habitación a cambiarme, lo bueno es que ya me había bañado en la noche ya así no tenia por que bañarme en la mañana aparte dormía más, ¿por que hay gente que le gusta bañarse en la mañana?
Les gustara madrugar, seguro.

-Estoy listo -avisé a mi mamá bajando las escaleras.

-Él ya esta en la camioneta -contestó. Asentí y salí de la casa para subir a la camioneta. Carajo, hacia frío.

-¿Nerviso? -curioseó mi papá encendido la camioneta.

-No, hiciste lo que se necesito para conseguir que me tocara en el mismo salón con mis amigos -expliqué bajando el vidrio de la camioneta -, así que no. No lo estoy.

-Perfecto -respondió contento.

Me coloqué mis audífonos, puse mi canción favorita y no puede evitar recordar a Jade con la de Persiana Americana.
Sonreí me agrado bastante y sí, todos tienen razón, aquella rubia es muy impulsiva.

A lo lejos la escuela comenzó a materializarse, puse mi mochila en el hombro, me acomodé la chamarra y comencé a subir el vidrio.

La verdad es que si estaba nervioso, después de estar un año fuera de mi país, de todo lo que conocía otra vez regresaba. Así que si estaba nervioso, era mi primer día de clases.

-Adiós, nos vemos en casa -me despedí cerrando la puerta, mi papá solo movió la mano. Insensible.

Me gustaba llegar tarde a la escuela pero no tan tarde, ¿por que le gustaba llegar tarde? Fácil.
Lo bueno siempre llega tarde y no solo hablo de lo guapo, yo era bueno en todo el sentido de la palabra.
Pero no era tan tarde, estaba entrando normal.

De pronto sentí que alguien me tapaba los ojos, por reflejo llevé mis manos hacia atrás para poder zafarme del agarre pero no pude por que alguien pensó más rápido que yo y me atrapo las manos.

Comneze a hiperventilar, ¡¿Me estaban secuestrando?! ¡acababa de llegar! ¡que mierda!

-Creo que nos pasamos un poco -dijo la persona atrás de mí, la otra persona que tenía mis manos atrapadas río.

¿Acaso reían? ¿Quien ríe mientras esta secuestrando?
Me soltaron las manos y me descubrieron mis ojos.
Volteé a toda prisa para poder ver la cara de los imbéciles que me habían hecho pasar el susto de mi vida pero, oh sorpresa... eran mis amigos. ¿Qué?

-¡¿Pablo?! ¡¿Pepper?!-exclamé sus nombres entre sorprendido y enojado - ¡Mierda, ¿es que están locos?!

El rubio y la pelirroja rieron al ver mi expresión estaba bastante asustado. La verdad. Los miré mal, ¡¿Me hacen pasar el peor susto de mi vida y se ríen los idiotas?!
Hijos de sus hermosas madres, los mato, en serio los mato.

She's bad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora