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[Aquella salia entre los tres había sido básicamente perfecta, e incluso cuando Shu parecía no perder detalle de lo que hacían el ambiente de cariño entre ellos había permanecido intacto. Ninguno esperaba lo que pasaría después.

Habían regresado a la mansión algo tarde y tenían planeado que Reiji saliera mucho después que ellos dos para que hacia Beatrix no sospechase nada de lo que había sucedido, después de todo seguramente no había notado la ausencia de Reiji en la mansión y este por primera vez lo agradeció.

— ¡Obsidiana! ¡Shu! —

El grito por parte de la mujer les había dejado completamente congelados. Y no fue hasta que Obsidiana noto otra limusina en el lugar que un terrible presentimiento se instalo en su pecho. Beatrix avanzo hasta ellos con una mirada fría que había conseguido hacer temblar a la siempre calmada niña.

Estoy muy decepcionada de ti, ObsidianaAquella palabras por parte de la mujer que consideraba una madre fueron como terribles puñaladas en su muerto corazón. No obstante el fuerte agarre en su muñeca hizo que todas las alarmas de su cabeza se activasen. — Lo mejor sera que te eduques lejos de esta mansiónEsas fueron las peores palabras que pudo escuchar.

Era inútil que intentase negarse pues esto solo seria mucho peor y quizás Beatrix descubriese él gran cariño que tenia hacia Reiji; ella no quería ponerlo en mas problemas. Sus ojos sin embargo delataban que solo faltaba muy poco para que las lágrimas rodasen sin contemplación por sus pálidas mejillas.

Te vas ahora. Ya hablaré contigo luego, ShuLa mujer arrastro hacia aquella limusina a Obsidiana y sin darle tiempo a siquiera dar una ojeada hacia donde Reiji se encontraba, le hizo subir. Obsidiana se permitió solloza una vez dentro del vehículo; no le había dicho adiós.

Toda aquella escena fue contemplada por Reiji, quien bajo de la limusina y disimuladamente paso el dorso de su mano por sus ojos. Alzo la mirada y avanzo con una expresión inmutable al interior de la mansión.]

Tras decirle las palabras del mayor de los hermanos Reiji le había tomado bruscamente de la mano y se marchado a toda prisa en su búsqueda, llevándole a ella a rastras. Yui estaba asustada y no entendía lo que pasaba; esperaba que su pregunta no le provocase problemas pues ella solamente tenia cierto temor de que la persona a la que se refería él primogénito fuese igual que ellos y terminase por tratarle al igual que el resto.

Reiji finalmente había localizado al primogénito y no dudo en avanzar hacia el. Shu parecía estar dormido pero Reiji sabia que este siempre estaba atento a todo lo que ocurría a su alrededor.

— ¿Es cierto? — No necesitaba ser sutil, el quería escuchar una respuesta y la tendría. No obtuvo movimiento alguno por parte del contrario, sin embargo Reiji sabia que este terminaría por hablar ante su insistente presencia; al igual que la de la humana. — ¿Ella regresara? — Presiono.

Un suspiro muy leve escapo de los labios del mayor, quien sin moverse abrió solo un poco sus ojos para observar con su habitual indiferencia a su consanguíneo. Una vaga sonrisa apareció en su rostro mientras estiraba su mano solo un poco.

Ella regresara. No tarda mucho

Ante la respuesta Reiji no dudo en dar un empujón a la humana, ofreciéndosela al mayor. Sin siquiera detenerse a pensar en nada giro sobre sus talones y avanzo con destino a su laboratorio.

Necesitaba pensar.

• • •

Ahora finalmente viene lo bueno, lo prometo.

Toda una dama ▶Reiji SakamakiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora