Intento mantener la calma para pensar de forma racional aunque, obviamente, se me dificulta bastante: Estoy en un maldito círculo y esas criaturas entrarán en él pronto. Al menos no hay tantos árboles en esta zona y eso me facilitará un poco más pelear.
Guardo rápidamente el cuchillo y tomo las katanas: Sujeto sus mangos con fuerza mientras los zombies continúan acercándose. Uno de ellos corre velozmente hacia mí pero, por una ventaja de segundos, consigo rebanarle la cabeza.
Uno intenta atacarme por la espalda, pero consigo empujarlo con mi codo y clavarle la katana en el cráneo. Se acercan cada vez más y más criaturas: No dejo de cortar cabezas por la mitad pero los monstruos parecen interminables. Tengo que estar constantemente alerta porque, si varios se acercan demasiado a la vez, en un segundo podría estar muerta.
Decido ponerme seria: No puedo rendirme. Realizaré todos los ataques que mi cuerpo soporte.
Mirage no va a poder conmigo.
Pateo a un zombie para que quede junto a otros dos y así consigo rebanarle los sesos a los tres al mismo tiempo.
Sí, Mirage, sobreviviré... Esto será mi honor o mi fin.
Continúo cortando a cuanta criatura puedo, hábilmente, con velocidad. La adrenalina recorre cada centímetro de mi cuerpo.
Aunque intento estar plenamente concentrada en la lucha, una serie de preguntas aparecen inevitablemente en mi cabeza: ¿Cómo Mirage es capaz de hacer esto? ¿Por qué lo hace? ¿En qué la beneficia?
Distraída por mis pensamientos, un pequeño grupo consigue rodearme y hacer que caiga al suelo; Suelto las katanas. No es que tenga muchas alternativas ahora.
Tomo mi pistola y empiezo a dispararle a las cabezas que tengo sobre mí, recargando con la mayor rapidez posible; Agradezco tener una buena puntería.
Consigo eliminar a todos los que estaban demasiado cerca y al levantarme noto que ya quedan muy pocos.
Intento hacer algo nuevo esta vez: Por un lado sólo por curiosidad, y por otro, para impresionar aún más a Mirage y quizá así implantarle más miedo.
Apunto a la cabeza de un zombie con el lanzagarfios, siendo conocedora de su brutal fuerza, y al quitar el gancho sujeto el extremo inferior de la soga antes de que pueda guardarse por sí sola como lo hacen las cintas métricas.
Hago girar la cuerda con mi brazo e, hiriéndolos con las puntas del garfio, consigo acabar con varios zombies. Muevo mi cuerpo de tal forma que las criaturas ni siquiera pueden acercarse. Excelente: Siempre quise hacer esto con una cadena o algo... No puedo creer que esté saliendo tan bien...
Entonces, luego de sucesivos movimientos agitando la cuerda, finalmente consigo eliminar a todos los zombies a mi alrededor.
Suelto la soga y ésta vuelve a esconderse cuidadosamente en la zona con forma de pistola, los ganchos del garfio se pliegan, y también se guardan con prolijidad.
De repente comienzo a sentirme mareada, pero esta vez me imagino qué va a ocurrir. Me dejo caer en el suelo, amortiguando el golpe con mis brazos.Mirage vuelve a estar frente a un fondo completamente blanco. Su expresión es seria pero, de alguna manera, más amistosa de la normal.
Mis respetos a tus movimientos, Íngrid, siempre llegas con algo innovador a cada pelea.
No sabía que dominabas los ataques con cuerdas. Toda una sorpresa viniendo de ti, no sólo por su dificultad, sino porque requieren una gracia que tú no posees ni siquiera caminando. La mujer ríe sutilmente y, aunque a nivel físico no siento nada, probablemente estoy frunciendo el ceño. Sin embargo, le estás dando un uso mucho mejor al lanzagarfios del que yo podría haberle dado.
Bien... Creo que ya te he molestado lo suficiente por hoy. Puedes seguir con tu camino.Despierto sobre la tierra y con el lanzagarfios en una de mis manos.
¡¿Cómo que es suficiente por hoy?! ¡¿Es que ya tiene algo planeado para después?!
Me levanto del suelo y guardo todas mis armas en sus respectivos lugares.
Esta vez continúo hacia adelante con el lanzagarfios en mi mano izquierda ya que, debido a que los árboles no son tan abundantes en esta zona, puedo desplazarme sin cortarlos.
No puedo evitar pensar en ella a la vez que camino entre los árboles: Esa rubia me está complicando la vida. Si creía que Anabel era una verdadera molestia, no sabría cómo clasificar a esta mujer. Mirage pone mi vida en riesgo simplemente cuando tiene ganas, como si se tratara de un juego perverso.
¿Es que tendré que... Matarla? No, mierda, yo no soy capaz de...
Luego de andar un rato me quedo atónita con lo que ven mis ojos cuando finalmente salgo del bosque.
Una pequeña ciudad abandonada se yergue frente a mí. Ni siquiera veo zombies rondando, pero los locales parecen tener todavía bastantes productos; Lo más irónico es que hay un gran supermercado y una tienda de armas a unos pocos metros. Quizás nadie ha saqueado este lugar debido a lo lejos que está de las otras ciudades.
Una gran sonrisa se dibuja en mi rostro inconscientemente. Genial, luego podré avisarle a los demás, y haremos el registro juntos.
Decido sentarme al comienzo de la acera y dejar reposar mi espalda contra la pared de un negocio. Suspiro y cierro los ojos, por un segundo, todavía con una sonrisa; Estoy en paz. Lentamente vuelvo a abrirlos y, al observar todo a mi alrededor, no puedo evitar pensar que quizás yo sea un poco como esta ciudad: Parezco una pobre alma por fuera pero... Quizás dentro de mí albergo un valor que necesito encontrar.
Creo que la mayoría de las personas me subestiman un poco... Pero sigo aquí, con vida. A mí misma me cuesta creerlo, pero es como son las cosas.
Es bonito estar en este lugar, sola, al menos por un rato; Hay cosas en las que necesito pensar. Cosas que, seguro, Franco escucharía pero prefiero no compartir con él.
Tengo que reflexionar sobre Mirage, mi cicatriz, sobre todo...
Si tan sólo hubiera alguien que me entendiera... Que entendiera que estamos en peligro pero que no pierda los estribos con tan sólo pensarlo...
-¿Íngrid? -Escucho una voz cerca de mí e instintivamente me volteo apuntando con el lanzagarfios -Tranquila, sólo soy yo
Julián ríe a la vez que alza las manos.
Suspiro y los músculos de mi cuerpo dejan de estar tensos. Guardo mi arma y mi mejor amigo se sienta a mi lado, pasando su brazo por detrás de mi cabeza, la cual apoyo en su hombro.
-Me dijeron que no te viniese a buscar... Que no eras caperucita roja, podías cuidarte sola, exactamente eso dijo Franco ante la paranoia de tu padre -Ambos reímos -Pero yo estaba igual de preocupado que él, así que me ofrecí a venir. Algún día te matarás con esta locura tuya de ir sola por todo este mundo
-Oh, Julián, todos moriremos pronto por este apocalipsis así que...
-Hey, ¿Qué ocurre? La Íngrid que conozco no diría eso ¿Estás deprimida?
-No, no es eso, es sólo que... Cada vez me siento más cercana al peligro
Julián suspira y yo no puedo evitar sentirme culpable. Mi mejor amigo no debería verme así, sin esperanzas, cuando yo soy quien siempre lo alienta a tenerlas.
Él se aleja un poco de mí y se acerca al verde césped del bosque. Arranca una bonita flor que yo también había visto antes: Una orquídea. Me la coloca en el cabello como si se tratase de una hebilla, sonriendo, y yo le devuelvo el gesto. Julián se arrodilla frente a mí y comienza a acomodarme un par de mechones rebeldes.
-Tú dijiste que esto era como una masacre mundial... Pero yo lo veo más como un largo invierno. Nosotros somos flores... Nos marchitaremos, costará sobrevivir... Pero al final, siempre llegará el verano y podremos renacer
Sujeto con firmeza las manos de mi mejor amigo y lo miro a los ojos: Creo que había olvidado lo mucho que disfrutaba sumergirme en ese profundo azul.
-Julián, sé que desde que ha empezado todo esto, no te lo digo muy a menudo... Pero sabes que te amo
-Y yo a ti
Ambos nos damos un fuerte abrazo antes de regresar al hotel.
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Cuando El Apocalipsis Empieza (Masacre Mundial 1)
Akcja"¿Por qué tengo que convivir con once chicos que, además, me tratan mal? Me frustra que crean que por ver una maratón de Zombies Al Amanecer sabrán utilizar los cuchillos. He matado a casi media escuela convertida en esas cosas, he conducido de aquí...