La Historia de Un amor sin Final

Capítulo 1

Todo comenzó aquel día en el que decidí enviarle una solicitud de amistad en facebook, me pareció un chico guapo, moreno, me recordé que hace un tiempo atrás había tenia algo con mi mejor amiga, Camila.
Sin importarme lo que había pasado entre ellos, decidí hablarle, no bastaron ni 5 minutos para que él me respondiera y como toda típica conversación con un Hola él me respondió.
Yo en aquel tiempo, estaba sumida en una terrible depresión, en la cual dentro de ella, estaba consumiendo cocaína, en altas dosis, pero era un secreto que escondía y no esperaba que nadie supiera hasta que yo abriera la boca.
Pasaron los días y con Cláudio no dejábamos de hablar, eramos muy diferentes pero la conexión que tuvimos fue indescriptible. Al paso de las semanas, quedamos en juntarnos, para conocernos más y en persona poder compartir. Metro Bellavista de la Florida, tipo 4 de la tarde, yo venia de haberme peinado ( tengo dreadlocks) y él venia de su departamento. Recuerdo ese día, como si hubiese sido ayer! , mis estómago apretado, estaba nerviosa, agitada y tenia mucha calor, estaba ansiosa y mi mente era un infierno.
Apenas bajo del metro me dedicó a buscar la primera salida que encontrara, subiendo las escaleras, saliendo al espacio exterior, lo veo a él, Mi corazón a mil. Él fumandose un cigarrillo, sentado en aquel asiento de cemento, esperándome con las mismas ansias que yo. Sinceramente no se que me paso o que nos paso, que basto una mirada para quedar enamorada de él.
Yo sabia que en la vida de él, yo no era la única, que aunque habláramos día y noche, también hablaba con 5 chicas más, hombre de mil mujeres, buscando amor donde no había, solo para no tener que sentirse solo, ilucionadonce una y otra vez, me pregunte muchas veces cuantas veces le deben haber roto él corazón o cuantos corazones roto a dejado él.
Me acerque a él con vergüenza, no pude evitar sonreír al verlo, él me saludó serio y la inseguridad me invadió en él mil por ciento.
Le pregunte si había comido algo, me contesto que no, hací que no encontré nada mejor que invitarlo al Mc (Lugar que al paso del tiempo se volvió nuestro lugar de comida rapida favorito) Me invitó un cigarro la cual acepte con ganas. Llegamos aquel lugar, hicimos él pedido y nos sentamos a comer. Empezamos hablar de muchas cosas, si tenia hermanos, me pregunto si yo consumía algún tipo de drogas, tuve miedo de decirle por pensar que me rechazaría, lo negué.
Recuerdo que ese día me contó que hace poco había salido de una clínica de rehabilitación, la cual había estado internado durante un mes, por consumo de drogas fuerte. Yo me sentí de lo peor, en mi cabeza decía, no soy la persona indicada para estar con él, pero me sentía tan atraída a él que se me era imposible dejarle de hablar. Pasó él tiempo y seguimos hablando juntándonos, muchas veces, cuando nos veíamos, no hablábamos, él silencio era nuestra mejor conversación, podíamos estar horas si hablar, pero jamas nos aburrimos.
Luego de un tiempo mi depresión empezó anotarse cada vez más, junto con mi angustia por consumir y mis malditas crisis.
Tengo que admitir que nos costo mucho poder contarnos nuestras cosas, Cláudio era muy celoso, y se enojaba por cada error que yo cometía, me bloqueaba, discutíamos pero seguíamos queriendonos, hasta que después de unos meses llego aquel momento que marcó nuestras vidas.
14 de Diciembre año 2016, estábamos en alameda, sentados en él pasto, ese día Cláudio tomo la decisión de pedirme pololeo, yo explotaba de tanta felicidad, pero ni él ni yo sabia que tiempo después todo cambiaría.
Siguió pasando él tiempo, ya pololeando, conoció a mi familia y yo a la del, Gente con mucho dinero, su madre una mujer que cualquiera le gustaría tenerla como mamá, su padre, un vendedor de autos que ni puta idea tenía de como se sentía su hijo. Yo Provengo de una familia humilde, donde mi padre es trabajador independiente, mi mamá dueña de casa, la cual la relación de ellos no es tan buena, pero siguen adelante.
Nos dimos cuenta que por muy diferentes sean nuestras familias, nosotros queríamos estar juntos pese a todo.