Capítulo 29

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– Contigo quería hablar – Le dije a Ramiro cuando recién iba entrando a su dormitorio

– ¿Conmigo? – Pregunto sorprendido – ¿Sobre qué?

– Devuélveme el oso

– ¿Qué oso? – Dijo mientras se metía y cerraba la puerta – No sé de qué estás hablando

– No mientas Ramiro, sé que lo tienes y lo quiero de vuelta

– Te juro que no sé de qué me estás hablando – Su cara de confusión me hizo saber que quizá él realmente no sabía que le estaba hablando de Dutty

– El oso que le quitaste a Nina

– Ah... – Comprendió al fin – Dutty

– Si, si Dutty – Dije sin dar muchos rodeos – ¿Dónde está?

– Según tengo entendido... es de Nina y no tuyo ¿ella te mando por él?

– Yo no sé qué es lo que Nina te haya contado sobre Dutty – Dije tomando asiento – Pero ese oso es muy importante para ella

– Sólo es un oso – Dijo burlándose

– No, no es sólo un oso – Dije molesto – Sólo devuélvemelo y ya

Ramiro me miro aun sonriendo, supongo que Nina no le conto nada sobre Dutty y por eso no entendía por qué es tan importante para ella. Se dirigió hacia su armario y de la parte inferior, debajo de todas sus cosas saco a Dutty.

– Aquí está – Dijo entregándomelo – La verdad es que no entiendo por qué tanto problema por un oso, igual pudo haberse comprado otro

– Igual tú podrías no habérselo quitado

– Si, si – Dijo restándole importancia – Como sea

Tome a Dutty y salí de la habitación. Había estado esperando a Ramiro en su habitación durante toda la tarde, Juli me dijo que se iba a tardar ya que había salido con Yam, igual decidí esperarlo para solucionar el problema de una vez, por suerte me devolvió el oso, Nina por fin podrá dormir tranquila por las noches, admito que cuando me pregunto por una solución para su insomnio pensé en decirle que, si la almohada no había funcionado, quizá podría abrazarme a mí, pero a penas la vi lo descarte, de seguro mi comentario la haría sentir incomoda.

Camine despistadamente por el ala oeste, donde se encuentran los dormitorios de las chicas, se supone que no deben entrar hombres en esta zona, pero seamos sinceros, las reglas se hicieron para romperse y eso es justo lo que hare en este momento. Mire por todos lados para asegurarme de que no hubiera ningún prefecto cerca, apenas encontré el lugar libre me apresure a entrar, lo más difícil de todo esto es lograr entrar ya que los prefectos son muy estrictos, pero una vez adentro estas a salvo ya que ellos muy pocas veces entran para supervisar el lugar. Matteo siempre venía a acompañar a Luna hasta su dormitorio mientras yo me quedaba en la habitación o estaba con Marcia, trate de recordar en qué habitación estaban pero no pude, camine tratando de recordar alguna cifra pero me fue imposible, quizá sería mejor llamarla y preguntarle, pero quería sorprenderla, continué caminando hasta que choque con alguien

– ¿Qué haces acá? ¿Acaso no sabes que los chicos no pueden entrar? – Dijo Jazmín mirándome con desaprobación

– Si, si lo sé – Dije mirándola un tanto apenado – Lo que pasa es que necesito hablar con Nina, pero no sé cuál es su habitación ¿tú sabes?

– Por supuesto que lo sé, soy su amiga – Dijo orgullosa, a lo cual yo sonreí, esto parecía un mundo alterno, en el Blake ellas nunca fueron muy allegadas y ahora eran amigas, que vueltas da la vida – ¿No se supone que estas con Marcia?

Devuélveme el corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora