Recuerdo una oscuridad penetrante, luego apareció la luz. En mi camino habían cabañas, manchadas de un rojo estremecedor, y personas tendidas en el terreno. Hombres, mujeres y niños, sin distinción, la única palabra que viene a mi mente al recordar esto es; exterminio.
La escena en la que se encontraba la matanza, era tan espantosa, que sentía que la tragedia en persona vino a dar su más sentido pésame y dejó su aroma a desesperanza.
Habían decenas de cuerpos apilados, los soldados con sus brillantes armaduras y sus caballos blancos como la nieve, juntaban los cadaverés. Todos los sobrevivientes eran puestos en jaulas, vigilados por su comandante, Zacarías Carter, con una armadura en la que veía mi propio reflejo, una capa azul y cabello castaño.
El volteó la mirada, quería correr, pero lo decidí muy tarde, y me convertí en una prisionera más. En la jaula junto a mi, donde habían como 10 personas más, encontré a mi tia, Patricia Brown.
-Gabriela, Dios mío, pensé por un segundo que podrías estar con los demás cuerpos- dijo sollozando.
-Tía, ¿Sabes algo de mi mamá o papá?-pregunté
-Lo siento mucho Gabriela, pero nadie aquí sabe sobre ellos.-respondió muy apenada
La jaula en la que ella estaba comenzó a moverse, cada vez se alejaba más de mi vista, hasta finalmente desaparecer. Decidí hablar con una niña en la misma jaula que yo, castaña, ojos verdes, con un rosario en las manos.
-Hey.-dije muy brevemente y luego seguí- Mi nombre es Gabriela Collins, ¿Cómo te llamas?
-Ingrid Turner- respondió desinteresadamente
-¿Porque estás rezando?¿Y tus padres?
-Estoy rezando por que ellos ya no están, y quiero que esten en un buen lugar. Además porque necesito encontrar a mi hermana.
-¿Tienes una hermana?
- Haces muchas preguntas, ¿sabés?. Si, su nombre es Celina, y necesito encontrarla pronto.
Dejé de hablar. Pronto nuestro carruaje comenzó a moverse junto con todos los demás. Llegamos hasta el gigantesco castillo del rey Douglas Ford, sucesor de su hermano William, que falleció dentro de una guerra. Cuando cruzamos la gran puerta de ese lugar, mi pueblo entero acabó en las mazmorras, donde los 150 habitantes de mi hogar, habían sido disminuidos a 80. No habían rastros de mi tía. Finalmente apareció la hermana de Ingrid, Celina Turner, un año menor que yo, muy parecida a Ingrid. Al anochecer, apareció un niño de nuestra edad, cabello café oscuro, y ojos color miel. Con un poco de timídez dejó una bandeja con alimentos para cada jaula.
En ese momento todos nos volvimos esclavos, que según el niño, llamado Isaías Palmer, el rey ordenó destruir nuestro pueblo para tener más esclavos y soldados nuevos, para las guerras.
No me importaba, pero mi única idea era salir, descubrir que sucedió con mis padres, y recuperar mi hogar.
Fin del capitulo 1.
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War within of the kingdoms
Adventure¿Cómo sería tu vida si al despertar, todo a tu alrededor no son más que ruinas? Esa es la historia de Gabriela Collins, que encuentra a todo su pueblo destruido, sus padres han desaparecido y con ayuda de amigos que conocerá en el camino, comenzará...