Apenas pisamos pie en la oficina de Julianne la profesora de física se acerco para hablarle, maldecí internamente y Julianne me miró ofreciéndome una disculpa con su sonrisa, se la devolví para dar media vuelta e ir a la siguiente clase. Esa mujer me tenía en las nubes, sus besos, su linda sonrisa y todo eso para mí. Me fui sonriente hasta el salón, Jasmín me había guardado puesto junto a ella y de inmediato me llenó de preguntas.-¿Qué hiciste? ¿Estabas con la profesora Julianne? ¿Estaban juntas?-Jasmín me miraba expectante y solo pude reír fingidamente y decirle que me había pedido ayuda para subir sus cosas a su oficina. Jasmín me miró aceptando mi explicación y suspiré agradecida de que no preguntase más. Era cierto que Julianne y yo ahora nos mirábamos y pasábamos más tiempo juntas, quizás eso no pasara desapercibido para los demás y podría traernos problemas. Pasé el día distraída pensando en Julianne, e intentando poner atención en clases, pero cada vez era más difícil, mi mente divagaba entre las intensas miradas de Julianne y sus preciosos ojos.
-Hey-Albert esta esperándome a la salida de la escuela-¿nos vamos?
Había olvidado por completo que hoy iría a su casa. Él pareció entender mi mirada de: me olvidé.
-Tranquila Nalia, mamá dijo que podías ir a dormir-se le escapó una sonrisa-si quieres te acompaño a tu casa a buscar tus cosas y luego nos vamos ¿te parece?
-Claro-le sonrío abiertamente, dormiría en casa de Julianne y no podía estar más feliz.
*
Afortunadamente habían llegado a casa antes de que el sol descendiese, Albert le dijo que sus padres llegarían tarde así que podían hacer lo que quisiesen.
-¿y dónde fueron tus padres?-preguntó sin hacerse la interesada sobre el tema.
-Creo que fueron a una comida, ya sabes-volteó los ojos-querían tener tiempo solos-Nalia se paralizó al imaginar en ese instante a su querida Julianne bajó el cuerpo de su esposo. Le dieron nauseas y Albert le preguntó si se encontraba bien.
-Estás pálida Nalia-le tomó la temperatura-¿estas bien?
-Perfectamente-se recompuso en cosa de minutos-¿hacemos el trabajo?
Durante las siguientes horas pudo distraerse riendo con Albert en las pequeñas pausas que hacían, ambos se concentraban en terminar el trabajo lo más rápido posible y para media noche todo estaba terminado.
-wow, no pensaba que nos demoraríamos esto-señaló el reloj, solté un bostezo y decidimos ir a dormir. Julianne cruzó por mi mente pero la eliminé de inmediato al imaginar donde se encontraba.
-Puedes usar un pijama de mamá-Albert miraba sus prendas-no pondrá problemas, puedes ir a buscar a su cuarto.
Caminó a pasos rápidos y entró a la habitación, reconoció el perfume de Julianne apenas comenzó a hurgar en sus muebles. Cuando había escogido un vestido de franela divisó una fotografía junto a la cama, era Julianne y su esposo besándose en medio de un parque, se veían felices y eso destruyó a Nalia ¿en qué pensaba? ¿Qué esa mujer era solo suya? ¿Qué de verdad algún día podían estar juntas?
Había sido una tonta, Julianne era una mujer casada, con un hijo, quien se había vuelto uno de sus amigos, tenía su vida formada y para nada dejaría todo eso por ella. Se maldijo mentalmente, ella no podía seguir con Julianne, simplemente..no podía.Volvió a la habitación de Albert, quien ya se hallaba en el piso, una idea se cruzó por su cabeza.
-¿Albert?-él le miró confundido-¿quieres dormir conmigo?-abrió sus ojos-no de esa manera idiota-le lanzó un cojín.
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Malos Tiempos(temática lésbica)
RomanceNalia tiene dieciocho años, hija menor de una familia con pocos recursos, el desempleo de su padre y con la venida de un nuevo hermano a la familia decide trabajar durante el verano en un prostíbulo ¿Qué pasaría si en su nuevo trabajo se encuentra c...