15/Diciembre/ 1988
Narra Axl:
Era un invierno lluvioso en N.Y, mi querida esposa Summer venía a mi lado, estabamos llegando a nuestro departamento, lo compré una vez que ella y yo nos casamos, veníamos aquí cada vez que yo tenía una gira o para ver a mi "querida" suegra, jamás me gusto mucho el asunto aquí en New York, había gente de más, los paparazzis nos acosaban casi sin dejarnos respirar y podía asegurar con mi vida entera que si Summer y yo nos hubieramos instalado aquí, tendría a su amada madre jodiendo casi todos los días; por eso la vida en L.A era mucho mejor. Regresando al tema, Summer no quería tener ni el más minímo contacto conmigo y ni si quiera sabía el por qué.
-Sé que debería saberlo cariño pero, ¿estás molesta conmigo?- pregunte animado una vez que ambos ya estabamos resguardados en nuestro cálido departamento. Ella no hizo más que ignorarme y subir corriendo las escaleras que daban hacia nuestra habitación.- ¿Hice algo? Hice algo ¿cierto? Hice algo muy malo ¿verdad? ¿Quieres decirme qué?- había decidido seguirla por las escaleras, no pensaba quedarme como un inútil ahí parado sin obtener respuesta alguna de su parte.- ¡O será algo que tal vez crees que hice!- a veces era incapaz de entender a las mujeres, pero más a mi querida castaña, se giró y me miro molesta deteniendose por un momento, no podía evitar sonar burlon ante toda esta situación, repito, era graciosa y sexy molesta.- No, no, yo lo hice ¡Yo lo hice! Fue grave, fue muy grave y... y lo siento amor ¡Por favor Summer! ¡Espera!- se giro y continuo subiendo las escaleras rapidamente provocando que volviera a seguirla hasta lograr alcanzarla- Bebé. Oye tienes que decirme algo- dije entre pausadamente frente a ella mientras que mis manos se posaban alrededor de sus brazos. Ella me miro cansada- ¿O estás esperando a llegar a nuestra habitación para explicarmelo?- parecía que estaba jugando con ella a las adivinanzas y me estaba desesperando y eso no era bueno, no lo decía por ella, lo decía por mi- Pfff ¿vas a mandarme a dormir a la tina?- pregunte nervioso y como me lo esperaba, me hizo a un lado y subio las pocas escaleras que quedaban, dio un giro a la derecha y por último dió un fuerte azotón a la puerta- ¡Joder!- me encamine hacia la habitación y abrí la puerta un tanto desesperado- No quería decir lo que dije.
- Si querías ¡Claro que si!- Maldición ahora si que sonaba molesta.
-No, no sé que dije, pero juro que no quería hacerlo- me excusé rapidamente.
-Ash Axl, ¡Claro que sí! Siempre dices lo que quieres- camino rapidamente hacia su closet y lo abrió, siempre hacia eso, abrirlo y no hacer más que ver su ropa, su linda y sexy ropa.
-En mi defensa a veces no quiero decir nada cuando digo algo- ella me miro sin entender y se quedo pensando en lo que había dicho. Para ser honestos yo tampoco había entendido lo que dije, quise reír internamente por mi idiotez.
-Algo jamás es nada, algo siempre es algo- Chica lista.
-Pero lo que digo no es nada solo es algo que digo- esta conversación se estaba tornando tan extraña y poco coherente que de alguna forma podría estar en un libro de lógica para los decerebrados de preparatoria.
-¡No! Los hombres siempre dicen "solo es algo que digo" para salirse con la suya, pero saben que estan diciendo algo cada vez que lo dicen- no puse mucha atención a lo que dijo, solo me dedique a ver como se quitaba su linda chamarra de cuero sintético de forma violenta, estaba exitandome verla tan desquiciada- Ponme atención Axl- demando molesta esta vez mirandome a los ojos.
-¡Bien! ¡Dimelo! ¡¿Qué dije?!- reclamé esta vez, no iba a permitir que fuera la única histérica aquí, si nos ibamos a pelear nos peleariamos con provecho.
-¡Esta noche dijiste que podrías tener un hijo pero que yo no estaba lista! ¡A mi madre! Es como si le hubieras dicho que soy lesbiana- reí cabizbajo y me quite mi chamarra con diseño de piel de víbora- ¿De qué te ríes maldito?- me grito nuevamente.
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Pd: Te Amo.
Romance"Querido Axl: Hoy acabo de recordar la primera carta que te escribí ya hace un año, recuerdo perfectamente el día en el que te la dí, tu cara y esa media sonrisa de saber que aún después de eso, el más romántico de los dos seguiría siendo yo, pues e...