Hay gente que dice que tu vida social se base en las redes sociales es algo extraño, encontrar al amor de tú vida por una página es un pecado, tu mejor amigo o mejores amigos de la red deben de ser traficantes de órganos, pero para mí todo eso es u...
Leí la carta sentada en el pequeño sillón que se encontraba en la entrada. ¿Cómo era posible qué Nate se sintiera así por mí? Yo nunca pensé que Skate llegara a sentirse de esta manera por una persona, yo lo conozco muy bien y no se me pasaba por la mente que algo así sucediera.
-Hey.-dijo alguien detrás mío.
Me sobresalté al escuchar esa voz, me di vuelta lo más rápido que pude para poder toparme con la cara de un Neels contento. Lo abracé lo con toda la fuerza que pude, hace mucho que no lo veía, había estado por muchos lados viendo desfiles y desfilando a la vez.
-¡Neels!-grite poniendo su cara entre mis manos.
-¿Cómo estás, pequeña?-preguntó pasando por arriba de la pequeña pared y sentándose a mí lado.
-Bien, pequeño saltamontes. ¿¡Qué le hiciste a tú pelo, mijo!? Ay, madre santa. -grité poniendo mis manos en su pelo rubio y acariciándolo.
-¿No te gusta? No tenía que ser tan directa, niña.
-Te queda hermoso. Esta divino. Dioso. Precioso.
Neels se rió y fijó su mirada en la carta intentando descifrar que era lo que podía decir, pero no lo iba a dejar así que la guarde adentro de mí saco. No es porque me avergonzara, sino que conociendo a Skate lo más seguro es que no le gustará que nadie supiera que se siente atraído una chica de esta manera, todos tienen esa versión equivocada de él.
-Oh, no seas mala. Déjame leer.- dijo intentando quitarme la carta de donde la guarde.
-No seas pelotudo y deja de comportarte como un niño chico.
-¿Qué tiene de malo? Soy tu amigo, retrasada.
Me levanté de el pequeño sillón, tenía que intentar algo para distraerlo y guardar bien. Entre hacía mí casa y corrí por los escaleras hasta llegar a mí cuarto, ahí busque una pequeña caja que me había regalado Nate cuando fue a Omaha con los chicos. Era demasiado linda, estaba hecha de madera y arriba tenía pintada una mándala en tonos rosas. Simplemente era perfecta. Me puse a buscar una ropa más cómoda, no era porque me molestará lo que tenía puesto, sino que quería buscar alguna excusa válida para mí repentina ida rápida. No quería que Neels sospechara algo sobre la carta, sé cómo es él y lo más seguro es que se ponga más insoportable de lo que es. Baje nuevamente las escaleras corriendo, parecía que mis piernas en cualquier momento se convertirían en un nudo. Miré a Neels que estaba tirado en el sillón usando su celular, de seguro debe de estar hablando con Cindy, su hermosa novia. La quería demasiado, me encantaba como complementaba a Neels y la manera en que lo hacía estar contento todo el rato. Ella era perfecta para él.
-¿Cindy?-pregunte sentándome a su lado.
-Sí.-sonrió como un niño pequeño.- ¿Dónde está Shawn?
-Se quedo con los chicos, es día de hombres.
-¿Por qué no te quedase?
Le di un pequeño golpe juguetón, aunque en realidad lo quería hacer en serio pero respetaba a mí querida mano.
-Por la misma razón que vos, idiota
El otro rato lo pasamos viendo Netflix. Por si no se dieron cuenta tengo una extraña obsesión con Netflix, es como la solución a cada uno de tus problemas. Pero de todas maneras no me pude concentrar en la película, la maldita carta de Nate me había deja con un gran problema en mí cabeza; ¿me seguía gustando? No lo sabía. No quería arruinar mi relación con Shawn ahora, él y yo habíamos decidido darnos otra oportunidad y no sé si eso vuelva a suceder de nuevo aunque sea lo que yo más quiera, en algún momento él se debería aburrir de "peleamos, nos arreglamos, nos mantenemos en esa pero nos amamos. Ahí vamos." Tal vez algún consejo de un chico me ayude en esto.
-Neels.- dije apagando la televisión.
-¿¡Por qué lo hiciste!? Estaba divina hasta ahora, la puta madre. ¿Ahora cómo voy a saber con quién sé queda?- dijo un poco enfadado.
Regla número 1 al ver Netflix con Neels: Nunca, pero nunca, le apagues la televisión a Neels cuando la película este buena.
-Porque quería hablar contigo.- dije obvia.
-Pero me apagaste la tele. Cindy no es como vos.
-Cindy ni is cimi vis.
-Infantil.- dijo pegándome en el hombro de forma juguetona.
Suspiré.
-¿Te importaría dejar de joder?
-¿Para eso paras la película? Vos sí que serias hija se Trump de lo pelotuda que sos.
Prendí nuevamente la película y volví a dejar que mí mente volviera a ser un desastare. Tal vez era mejor hablar con Skate cara a cara.
🌹
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
