Capitulo 12.

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~Zaira~

Subió al avión con el alma en los pies, había dejado todo lo que tenía aquí y se marchaba al otro lado del océano donde no conocía a nadie a empezar una nueva vida y a perseguir se sueño. Aunque debería estar feliz por eso no podía ya que le hubiera gustado poder compartirlo con alguien especial, que le mostrara su apoyo y que no la dejara desistir cuando todo se pusiera en su contra, porque sabía que eso iba a ocurrir, iba a la mejor escuela de baile y sabía que había personas cien veces mejores que ella. Pero le había tocado afrontar todo esto sola y por supuesto que no iba a desistir de su sueño porque un idiota irlandés la hubiera roto el corazón.

Se sentó en su asiento, gracias a dios en la ventana y se puso los auriculares. Esperó a que el avión hubiera despegado para encender su ipod. Empezó a sonar Fall de Justin Bieber y mientras miraba por la ventana empezó a llorar, esa canción se la había dedicado hace tiempo Niall y cada vez que la escuchaba lloraba como una niña pequeña. Su pequeño belieber boy, el fue el que hizó que amara su música y soñara con conocerle algún día.

Ellos se habían prometido que cumplirían ese sueño juntos y que si uno no lo conseguía el otro tampoco, 'mira otra promesa rota' pensó Zaira, porque por lo que ella tenía entendido ahora ellos dos eran grandes amigos.

Y así pensando en todas las promesas rotas y las decepciones que se había llevado por culpa de él se quedo dormida.

Estaba soñando con su mundo perfecto cuando sintió unos golpecitos en su hombro. Abrió los ojos lentamente, muy confundida, no sabía donde estaba. Pero todo se aclaró en su mente cuando vio que quien le había dado los golpecitos era una azafata. Claro, se había quedado dormida en el avión.

- Señorita, ya estamos en New York.

- Si, muchas gracias y disculpa.

- No hay problema señorita, disfrute de su estancia.- La dio una sonrisa sincera y bajo del avión para ir a buscar su equipaje.

Estaba recogiendo sus tres maletas cuando alguien la abrazó por detrás y comenzó a darle vueltas en el aire. Supuso que sería su hermano a si que sonrió. Cuando la dejó en el suelo se dio la vuelta rápidamente y le dio un gran abrazo.

- Hermanita, te he echado mucho de menos.

- Yo también Rubén, me hacías mucha falta en casa.

- Bueno pequeña, vamos ya a tu nuevo hogar.

Su chofer cogió las maletas mientras ellos iban abrazados. Todas las miradas se posaban en ellos. Claro había olvidado que su hermano era el famoso jugador de los Giants. El mejor de todos y encima era guapisímo, si no hubiera sido su hermano , habría intentado ligar con él hacía ya mucho tiempo. Con tan solo veinte años ya había triunfado en eso del fútbol americano, los mejores equipos se peleaban por él. Era alto, moreno claro, musculado y con unos preciosos ojos verdes.

Iban andando tranquilamente, hablando de cualquier cosa, cuando Rubén se encontró con un conocido y se paro a hablar con él. Zaira miró a su alrededor y la hizo mucha gracia cuando un niño pequeño de unos 5 o 6 años molestaba a su madre mientras señalaba a su hermano.

- ¡Mira mamá, es Rubén Smith!

- Muy bien hija, me parece perfecto.

- Pero mamá, es el famoso jugador de los Giants, el mejor de todos.

- Perfecto cariño.

El niño suspiro resignado, la madre lo ignoraba completamente mientras el niño no podóa parar de mirar a Rubén. Zaira decidió acercarse a hablar con el pequeño. Cuando llegó a donde estaba se agachó para estar a su altura.

- Hola pequeño.

- Hola.- La miró.- ¡Oh dios mio! Tú eres la chica que iba con Rubén.

- Sí.- Zaira rió por la cara de asombro del niño.

- ¡Madre mía! ¿Por qué te pareces tanto a él?

- Bueno él es mi hermano mayor.

- No puedo creer que este hablando con la hermana del mejor jugador del mundo, de un héroe.- Lo dijo con tanto dramatismo que hizó reír a Zaira.

- Bueno me alegra saber que crees eso.

- Soy su mayor fan, tu hermano es mi ídolo, de mayor me gustaría ser como él.

- Bueno me gusta eso, el es un gran chico, una buena persona ¿te gustaría conocerle?

- Oh no...- Se quedó pensando y esta intuyó que quería saber su nombre.

- Zaira, me llamo Zaira.

- Encantado, yo soy Josh.- sonrió.

- ¿Entonces no quieres conocerle?

- Claro que si, es lo que más deseo.

- ¿Entonces?

- Se que no le gusta que vayan a hablar con él y menos cuando está con su familia y tampoco firmar autógrafos. A si que no creo que haga una excepción conmigo.

- Bueno creo que yo podría cambiar eso.

- ¿Cómo?

- Te voy a contar un secreto, pero no se lo puedes decir a nadie.

- Te lo prometo.- Dijo bastante animado por el hecho de que fuera a confiar en él.

- Él tiene una debilidad con su hermanita y siempre hace todo yo que le pido, a si que si vienes conmigo estoy segura de que no se negará.

- ¿Harías eso por mí?

- Claro que si pequeño, vamos pídele permiso a tu madre.

Los dos fueron a hablar con la señora y al final acabó accediendo. Zaira cogió en brazos al niño y lo llevó donde estaba su hermano ahora solo.

- Te estaba buscando Zaira ¿nos vamos?

- Bueno en realidad te queríamos pedir algo.- Rubén miró por primera vez al niño y le pareció muy tierno. Estaba temblando de los nervios y todavía no se podía creer que estuviera en frente de un héroe.

- A ver, ¿qué quereís?

- Vamos, diselo pequeño.

- Bueno... yo... me preguntaba si... claro si no te molesta, si me podrñias firmar un autógrafo.

Zaira sabía que iba a soltar cualquier bordería y lo paró antes de que ocurriera eso. Le fulminó con la mirada.

- Vamos Rubén no te cuesta nada.

- Sabes que no me gusta nada y menos cuando estaís vosotros.

- Vamos, estaba allí y casi se le salían los ojos cuando te miraba. Además me ha dicho que eres su ídolo y que le gustaría ser como tú.

. Esta bien pesada.- Zaira sonrió triunfante.

Le firmó un autógrafo y se hizo varias fotos. Después de eso se marcharon ya para que Zaira pudiera instalarse en la casa y descansara ya que al día siguiente ya tenía que empezar con sus clases de baile.

~Mi pequeño irlandés~ Terminada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora