¿Cuántas veces hemos jugado desde que nos conocimos?
¿Cuántas veces nos hemos citado para one by one?
¿Cuántas veces he ganado? ¿cuántas tu?
¿Cuántas veces he perdido?... ¿Y tú?
-¡Oe, Ahomine! ¿No me digas que ya estas acabado- esa sonrisa confiada que sólo el sabe dar.
Su pelirrojo cabello empapado de sudor al igual que su piel se perlaba al recibir los ligeros rayos de sol que ya se ocultaba en el horizonte.
-¡Callate Bakagami!-
Se acercó y se sentó junto a mi en la banca más cercana a las canchas, en las que hace un momento estábamos jugando.
-¿Pasa algo malo, Aomine?- su tono de voz bajo y preocupado logró sacarme una sonrisa
Me recargué en la banca dejándome caer en ella, tomé el balón entre mis manos y comencé a jugar con el sobre mi cabeza.
-¿Cuántas veces?- suspiré mirando los colores con los que la puesta del sol pintaba el cielo.
Lo miré y vi su mirada confundida.
-Creo que hemos jugado tanto que ya deliras de cansancio...- tomó sus mochila y comenzó a guardar sus cosas.
Entre ellas pude ver los tennis que le había prestado para aquella final de la winter cup contra Akashi
¿Cuántas veces los has usado?
¿Cuántas veces me agradeciste por ello?
-Kagami- lo llamé mirando al cielo, parcialmente oscuro, y se enderezó para prestarme atención aún conservando su mirada confundida.
-¿Cuántas veces, Kagami?- Cerró su mochila tras guardar todo y luego tomó la mía para hacer lo mismo.
-No entiendo qué pasa contigo hoy, estas actuando raro- terminó de guardar mis cosas y se colgó ambas mochilas en el hombro.
-Vamos al Magi, debes tener hambre- me extendió la mano y sonrió haciendo que yo también sonriera
¿Cuántas veces te he visto sonreír?
¿Cuántas veces me has dedicado esas sonrisas?
¿Cuántas veces me has hecho sonreír?
¿Cuántas veces hemos comido juntos?
Tomé su mano y me levanté, comenzamos a caminar mientras yo botaba el balón, el silencio mediaba entre nosotros.
Cruzamos un parque y me detuve en medio de una cancha, el oscuro cielo pintado de estrellas se veía tan claro y hermoso aquella noche
¿Cuántas veces he visto estos paisajes contigo?
¿Cuántas veces hemos caminado de esta manera?
¿Cuántas veces hemos tomado este camino de regreso?
¿Cuántas veces hemos terminado en tu casa?... ¿Y en la mía?
-Ya está, me estas asustando- se acercó a mi y me tomó de la mano.
-¿Que es lo que te pasa, Daiki?- escuchar mi nombre salir de sus labios hizo que sonriera
¿Cuántas veces lo has dicho?
¿Cuántas veces?
Comencé a botar el balón invitandolo a jugar y con una sonrisa tan típica de él me siguió.
Estuvimos así unos minutos y después, lo tomé de cuello y lo jale hacia mi...
El balón rodó lejos...
Me miró
-¿Cuántas veces, kagami?- deshizo mi abrazo y se puso frente a mi
-¿Puedes decirme que pasa?- me mostró de nuevo esa mirada preocupada tomándome de la mano.
Lo solté y lo abracé por la cintura jalandolo hacia mi, el sonrojo en sus mejillas y su intento por esconderlo saca una sonrisa.
-¿Cuántas veces, desde que nos conocimos, me has hecho feliz?- la sorpresa en su mirada no hace más que agrandar mi sonrisa
-Estas actuando raro...- bajó la mirada tratando de esconder su sonrojo, Pero ya lo había visto todo, me encanta cuando se vuelve tan frágil.
-Kagami...- levanté su rostro haciendo que me mirara, se ve tan lindo en ese estado
-¿Cuántas veces te he dicho "Te amo"?-abrió más sus ojos
-Te amo- Lo besé, no como siempre lo hacía, posesivo e intenso, sino un beso dulce y calmado, quería que supiera lo que estaba pensando.
Nos separamos, y su roja cara me causaba tanta gracia que me hizo soltar una carcajada, ganándole un codazo y un reproche de él
-Yo también te amo idiota- me regaló un fugaz beso en los labios y comenzó a jalarme rumbo al Magi burguer, probablemente tendré una buena noche hoy.
Miro al cielo sonriendo
¿Cuántas veces, desde aquel día, me has devuelto la felicidad?
¿Cuántas veces?, Eso lo se, ha sido siempre.
