Ángel-Demonio [KookMin]

Unexpected

Gracias por todo su apoyo, por los votos y los comentarios, espero que les guste este capitulo...

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YoonGi no contestó, tenía los ojos bastante abiertos y el rostro envuelto en una fascinación que no entendió, JiMin se volvió cuando escucho un leve suspiro, era JungKook que lo observaba con rostro embelesado.

-Son hermosas – susurro el joven.

JiMin miró por encima de su hombro, ni siquiera se había dado cuenta de que sus alas estaban desplegadas, abarcando casi todo el lugar con ellas. Las movió con lentitud y luego las plegó a su espalda con una sonrisa en sus labios, ya no sentía dolor.

-Gracias – dijo envainando su espada, YoonGi sacudió la cabeza y recobro la compostura – Por cierto ¿Que le ha pasado a tus alas?

-Es más que evidente que eres un ángel inexperto – admito el demonio limpiándose las manos – Los ángeles y los demonios tenemos algo en común – JiMin entrecerró los ojos – Podemos ocultarlas.

El ángel asintió, pero sin tenerlo muy claro, sin embargo estaba más que contento de que sus alas volvían a estar bien, y se lo debía a él. El joven que primero lo salvó de un ataque de almas y luego lo llevó allí.

-Gracias a ti también – JungKook miró a YoonGi sin decir nada.

-Bien – dijo el demonio – Mi trabajo está hecho, así que ahora largo.

JungKook asintió y salió de la habitación seguido por el ángel y el demonio. Se dirigía hacia la puerta con pasos apresurados, pero se detuvo de golpe y volvió a retroceder. YoonGi quien iba a su espalda masculló una maldición, en el momento en que la puerta era tocada tres veces con demasiada fuerza. JiMin se sobresaltó temeroso.

-¡Min YoonGi! – Gritó un voz que denotaba furia – Déjame entrar – JungKook miro al demonio con rostro serio, deseando desde el fondo de su corazón que el otro no lo hiciera.

-¿Qué quieres, YongGuk? – inquirió YoonGi, manteniéndose alerta.

-Sé que tienes a un ángel ahí dentro, así que abre la maldita puerta y déjame entrar, o te juro que acabaré contigo y con quien se interponga en mi camino – JiMin se estremeció con aquel tono amenazante y miró suplicante a JungKook.

-No lo hagas, Yoon – dijo el joven.

-Esto es tú culpa, mocoso. Siempre me traes problemas – JungKook frunció el ceño.

JiMin retrocedió cuando la puerta se abrió, con tal brusquedad que chocó con la pared e intentó cerrarse nuevamente, pero se quedó a medias, dejando ver a unas figuras. El ángel miró aquellos ojos carbón brillantes que flameaban una ira asesina y que estaban fijos en él, el demonio embozo una sonrisa torcida, dos más asomaron la vista por encima de su hombro, JiMin reconoció a uno de ellos, era el mismo que lo había retenido abajo.

-YoonGi – rugió el demonio llamado YongGuk. Era alto y musculoso, de piel morena.

El aludido permaneció inmóvil al igual que JungKook, YongGuk miro el marco de la puerta y gruño con ferocidad, se volvió y agarró a uno de los demonios que lo acompañaban, con un rápido movimiento lo empujo al interior. El demonio, con rostro pasmado, se quedó de pie a varios pasos de la puerta, en un principio no ocurrió nada, sin embargo, tras cinco segundo sus ojos se ensancharon, un olor a azufre inundo todo el lugar y JiMin vio con asombro como unas llamas subían por las piernas del demonio y lo envolvían por completo. El demonio grito e intentó retroceder, pero sus pies parecían clavados al suelo y en menos de un minuto quedó reducido a cenizas.