Era el primer día de universidad, mi madre no dejaba de ponerme nerviosa.
-Mamá, tranquila por favor. No me pasará nada. -eso no la tranquilizaba.
-Lo se, pero un así ten cuidado, ya sabes que la sangre y yo no nos llevamos...- me dice asustada. Supuestamente esta conversación ya la habíamos tenido.
-Si, lo sé.- Mi madre a veces era demasiado protectora.
-Bueno, cariño, ves contándome como va todo. Te quiero mucho,¿vale? Haz muchos amigos. -no tenía asumido que me iba, que ya no era una cría.
-¡Mamá! Que no soy una niña pequeña, déjame ya por favor.
-Vale... Vaya con la adolescencia. Nos vemos en navidad. -Se fue con papá en el coche.
Una de las cosas que más te benefician de estar sola, es que empiezas de cero y que puedes ser tu misma, uno de los inconvenientes, que tus padres no te hacen nada.
Siempre quise ser algo relacionado con la medicina, ya que vi a mi abuelo morir. No me llegó la nota a medicina, así que tuve que escoger enfermería y allí me especializaría.
En principio iba a vivir en la residencia de la universidad, pero quería entrar en la fraternidad de enfermería y hacer amigas. La primera noche la pasé en mi habitación, todo el mundo salía de fiesta, pero estaba tan asustada que no me atrevía a salir. Al día siguiente tenía clase y no quería llegar tarde, y por supuesto, mi madre no dejaba de atosigarme por teléfono.
-Si mamá, todo va bien, debo dejarte que tengo clase. - le decía a mi madre por teléfono.
Me senté la primera , bueno y la única ya que no había nadie. Pero ese silencio duró poco, entró un chico, mediría 1'80, tenía el pelo moreno y una extraña mirada. Se fijó en mi enseguida.
-Hola -me dijo con una sonrisa encantadora.
-Hola. -¿tan solo podía decir eso? Vamos Jud, puedes hacerlo mejor.
-¿Como te llamas?- me preguntó.
-Me llam...- nos cortaron unos amigos suyos.
-Ey Ray. ¡Ligando con las de primer año! No cambias tío, vamos. -sus amigos se lo llevaron a la última fila. Se fue pero me giraba la cabeza
"Me llamo Judith. "Pensé. Mis técnicas de seducción no eran muy buenas, chica de 18 años y virgen...Pues mi experiencia no era la mejor para comparar con aquel chico.
La clase se llenó. Un grupo de chicas, muy pálidas por cierto irrumpieron la clase, todo el mundo las miraba. Se sentaron junto a mi, ¡menuda suerte tenía aquella mañana!
-Hola- me dijo una. -me llamo Rose. ¿Eres de primer año, verdad?
-Hola, si. -le miraba extrañada.
-Estas son Lu, Clair, Carla, Vanity y yo Rose. ¿Cómo te llamas?- me dijo, las otras cuatro me saludaron.
-¿Vanity?-No quería juzgar, pero ese nombre era muy raro.
-Si, es mas mayor, le gusta ese nombre. ¿El tuyo?-preguntaba de forma insistente.
-Me llamo Judith, pero me llaman Jud.- me tendió la mano.
-Encantada -le devolví el saludo.
Estuve toda la clase hablando con ella, suerte la mía que era de la fraternidad, y que estaban repitiendo la mayoría esa asignatura, era muy difícil.
-¿Y donde estas alojada?- me preguntó.
-En la residencia, pero quería entrar en tu fraternidad, aunque no tenía ni idea que eras de allí.- dije riendo.
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Tu me darás la vida. Reeditada
VampireHola, me presento, me llamo Judith, pero todos me llaman Jud. Tengo 18 años y al fin voy a ir a la universidad de enfermería, con la especialidad de ser anestesista. Nunca me ha dado miedo ni asco la sangre...Nunca hasta que me convertí en lo nunca...