Capítulo 19

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Narra Alex

El tan solo pensar que hace como unas dos o tres horas mí hermano estaba junto a nosotros tratando de quitarle un dulce a Jack, me rompe el alma, porque ahora él está en una camilla inconsciente. En verdad estoy deseando con todo mi ser que ésta sea una estúpida broma de mal gusto como las que siempre hace, no quiero que ésto esté pasando.

-¡Maldita sea, Thomas, acelera! -Le dije sintiendo como las lágrimas se acumulaban en mis ojos y me nublaban la vista.

-Tranquilízate, Alex, todo estará bien. Sólo faltan cinco minutos para que lleguemos. -Me seguía repitiendo Becca. -Todo va a mejorar, ten por seguro que ésto no es nada grave.

No me importa si es cinco, tres o incluso un minuto lo que falta, quiero ver a mi hermano, no quiero que esté en un hospital, y mucho menos en una camilla.

-No te preocupes, pecosa, todo estará bien. -Dice Jack de forma tranquilizadora, pero no me ayuda en absoluto.

-No me digan que todo estará bien sin ni siquiera saber qué es lo que tiene o qué fue lo que pasó. -Digo de forma brusca. -Solo quiero que me digan que ya llegamos al hospital... que me digan que no es él quién está herido... que es una maldita broma, que nada de esto está pasando. -Trato de mirar hacia otro lado para poder disipar las lágrimas que amenazan con salir.

Ellos no responden y eso me parte aún más el alma. Siento que el corazón se me saldrá del pecho en cualquier momento en cuanto veo el hospital a una sola calle.

Sigo presionando a Thomas para que vaya más rápido. En menos de cinco segundos ya él estaba estacionando el auto y yo estaba corriendo hacia la entrada del hospital con los cuatro chicos atrás gritando mi nombre y diciendo que los esperara.

Entré y comencé a mirar a todos lados tratando de buscar a mi madre o a mi padre, pero no encontré nada. Me acerqué al escritorio que estaba junto a la puerta. Los chicos se acercaron.

-Buenas noches, ¿Podría decirme en qué habitación está Connor Peterson? -Le preguntó Becca a la señora que estaba detrás del escritorio. Ella levantó la mirada, nos observó por unos tres segundos y luego miró una carpeta que tenía sobre la mesa.

-Lo siento pero no es horario de visita. -Dijo anotando algo en dicha carpeta.

-Mire, señora. -Apoyé las manos en la mesa de golpe, haciendo que se sobresaltara, tanto ella como los chicos. -No me importa si no es horario de visita. Es mi hermano el que está en esa maldita camilla y le juro que si no me dice en qué habitación está, yo misma revisaré cada una hasta hallarla, ¿Entendió? -Solté de forma descortés y áspera. La señora bufó, sacó unos papeles de una gaveta y los empezó a revisar de mala gana. Me parece que si entendió que en verdad me pondría a revisar cada habitación si no me decía la de mi hermano, y eso le traería muchos problemas.

-Habitación 278, segundo piso. -Soltó de mala gana. -Solo puede ir uno. -Dice al ver como todos comenzamos a caminar hacia el elevador.

-Ve, nosotros te esperamos aquí, llama cualquier cosa que necesites. -Dice Thomas dándome un abrazo, al cual se le suman Becca, Jack y Allan.

Me separo, asiento y voy directo al ascensor. Llego al segundo piso y enseguida comienzo a buscar la habitación. Cuando la encuentro, entro de una vez y sinceramente hubiera preferido no hacerlo. Inmediatamente los ojos se me llenan de lágrimas y en estos momento me importa una mierda quien me pueda ver llorar o no. Corro hacia mi hermano, está dormido. Está en una bata de hospital y tiene demasiados cables conectados, tiene una máscara que le tapa la nariz y los labios, además de tener una aguja en su bazo inyectándole suero, estaba lleno de cortes en todo su rostro y en sus brazos, pero los que más resaltaban eran unos cortes debajo de su clavícula y otro que iba desde su oreja hasta su mentón. Jamás pensé llegar a verlo así, tan vulnerable, tan marchito. Tomé su mano; estaba helada, posé mi otra mano sobre la suya tratando de calentarla.

Always together.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora