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—Y a veces es tanta la presión que siento, mis padres por un lado me dicen que debo ser... Perfecto, una máquina, que debo ir a estudiar, volver a casa a hacer mis tareas, dedicarme la tarde a repasar lo que me pasaron en la escuela y dormir, para al día siguiente hacer lo mismo— Suspira, ahogando una especie de exclamación frustrada. —Ah, y se me olvida mencionar la alimentación saludable, todo debe ser a ciertas horas, todo calculado... Como mi vida, ellos quieren controlarme en su totalidad y yo ya no puedo más.

—Mmh... Te entiendo, ¿y has tratado de decirles esto?— Pregunta el rubio, anotando unos pequeños apuntes en su libreta.

—¡Millones de veces! Pero como siempre, parece que les entra en una oreja y les sale por la otra, incluso luego... Luego de ese día, siguen siendo iguales, es como si fuese normal todo lo que sucedió— Relame sus labios, con un leve temblor en las manos. —Lo único que agradezco de todo lo que sucedió, fue que pude conocerle Sr. Park.

—No digas eso, no hay nada bueno con lo que sucedió... Y ya te dije, no me digas Sr. Park, soy Jimin para ti.

Ya había terminado la sesión y lo único que pudo hacer fue despedir al adolescente, con una cita para la próxima semana, pero esta vez incluiría a los padres del menor, no podía dejar que todo siguiera de esa forma.

Por fin solo en su pequeña oficina, se sienta detrás de su escritorio soltando un suspiro, aquella había sido la última cita que tenía programada para el día, ya no podía más, pero era feliz luego de todos los tratamientos y saber que ayudó a mejorar la vida de otro joven.

—Jimin, ya es tarde y esas fueron todas las citas que tenía programadas para la semana— Dice SunHee, su secretaria, quien ya estaba con su bolsa lista para irse.

—Sí... Yo me iré un rato más, quiero arreglar un par de expedientes personalmente, puedes irte si gustas— Le sonríe de lado y ella le responde de la misma forma.

—Está bien, que tenga un buen fin de semana, nos vemos hasta el lunes.

Unos pequeños movimientos de manos y la chica ya había abandonado el lugar, dejándolo completamente solo. Tomándose unos minutos se levanta de su asiento, comenzando con el trabajo extra que tenía, nada verdaderamente importante, pero quería distraerse un poco, no era nada fácil escuchar día a día los problemas de las demás personas, a la larga también terminaba afectándolo a él.

Con su escritorio repleto de carpetas, suena el teléfono de su oficina, que rápidamente contestó sin dejar de mirar todos los papeles.

—Oficina del Psicólogo Park Jimin.

—Ah... Cada vez que escucho eso recuerdo que tú tienes un título profesional y yo no— Una voz alegre se escuchó desde el otro lado de la bocina.

—Pero apuesto que tu trabajo es más divertido que el mío— Se recuesta en el respaldo de la silla, con una sonrisa en sus labios. —¿Por qué la llamada? ¿Quieres que viaje hasta Busan para hacerte una sesión, TaeHyung? ¿Problemas con MinHo?

—Para nada, todo perfecto como siempre— Una sensación de calma se colocó en su pecho al escuchar esas palabras. —Ya terminó la semana y pensé que todavía podías estar en el trabajo, así que desee llamarte para saber cómo andas.

—Bien, por suerte he tenido mucho trabajo, tanto esfuerzo colocado estos años, comienzan a dar frutos— Comienza a jugar con una lapicera entre sus dedos. —¿Anda bien tu negocio?

—Al igual que tú, he tenido suerte, siempre tengo clientela, ya sabes, es una de las pocas tiendas de música en Busan, en unos pocos días saldrá un nuevo álbum y HoSeok vendrá a ayudarme con todo el evento.

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