Capítulo 21

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Logan

La vi por primera vez sola. Sin Gabriela, el toca bolas de Zed, o el cabrón de Jake. Iba borracha. Admito que me preocupe más de lo que algún día admitiría. Aun así, todo mi malestar desapareció cuando se río. Maldita sea su risa desvaneció todo aquello que nos rodeaba, incluso la música se calló.

En el momento que nuestras miradas chocaron, vi el mismo brillo en sus ojos que adoré demasiadas veces y me obligué a pensar que ese brillo que provocaba solamente yo fue por la añoranza de verme, y nada tenía que ver el alcohol que recorría por sus venas.

Al contrario de muchas veces en las que he presenciado cuando se atragantan con licor, en ella me resulta sumamente tierno. Me acerco más que por ayudarla, tocarla. Ansío tocarla.

Siento que vuelvo a respirar cuando su olor frutal me abofetea. Quiero abrazarla, y rogarle que me perdone. No me hubiese importado arrodillarme y suplicarle. Sé que ella estaba tan mal como yo. Quiero jurarle que nunca más le fallaría de esa forma. Incluso pienso en pedirle que se mude conmigo. Cuando estoy a punto de hablar, ella lo hizo primero haciendo que mi corazón de un vuelco. Pensé que me diría algo, tal vez un <<te extraño>> que mataría por escuchar. Pero no fue así.

—Te busca tu noviecita— habla con voz fría. Me descola su tono y algo ya muy conocido se me clavo en el pecho.

Dolor.

Cuando nuestras miradas volvieron a cruzarse ese brillo se desvanece a pasos presurosos. Veo como mi ángel se extingue en cada segundo recorrido. Se iba y quería que se quedara porque era mi única esperanza de su perdón. Pero poco a poco se fue, hasta solo quedarse con enojo, y dolor. O tal vez ni eso. Sus ojos se veían vacíos, tanto como los míos. Sabía que la había lastimado muchísimo, pero en ese momento me di cuenta que no solo fue eso, la rompí. Mi Noah ya no estaba. Yo había ocasionado que se ocultase, o que se marchara para siempre quizá.

Culpe a mi padre por ser un maldito hijo de puta y hacerme lo que soy; por no hacerme un hombre de bien. Por no enseñarme a respetar a las mujeres o las personas. Por mostrarme que todo se resuelve con dinero, o golpes. Culpe a mi madre por darme de padre un mal nacido; la culpe por nunca haberse marchado cuando pudo. Por haberle otorgado una segunda oportunidad. La culpe por no estar aquí. La culpe por haberme dejado solo a cargo de una niña, y de una vida de mierda. Culpe a mis abuelos por nunca haber intercedido por su hija, por su nieto. Culpe a mis amigos. Le culpe absolutamente a todo el mundo. Pero sabía que nadie tenía la culpa de mis errores.

Sentí un brazo enrollándose en el mío, y ese olor tan insoportable de Wendy. Ese olor tan extremadamente dulce que tanto detesto.

—¿En dónde te has metido?— se ríe, y en su aliento reconozco el olor a marihuana, diciéndome que tan colocada va.

Desengancho su brazo y me alejo. Ella hace un mohín y pestañea rápido.

¿En serio cree que se ve linda?

—Vuelve con Matt y Rick— le espeto. No tengo el mínimo interés por cuidarla. Rick va tan colado de ella, que gustosa le hace de niñera o la lleva a su casa a que haga la mona o alguna de esas mierdas.

—No

Pero que mierda ¿no entiende que no le aguanto? Me resulta asqueroso que este sobre mí todo el día. Me asquea su forma tan superficial de ser. En su tiempo me importaba una mierda como fuesen, solo era un polvo. Ahora es diferente. Me aterra y me entran ganas de matar a alguien cuando imagino que le hacen a Noah todo lo que yo les hice. Incluso me odio a mí mismo por haber sido un cabrón y haber hecho lo que hice.

Destinada a ti (Continuación de mi círculo vicioso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora