Me econtraba sola en mi habitacion aquella calurosa tarde, aunque ya no era extraño, ya se me hacia mas normal ya que a nadie le gustaba pasar tiempo conmigo, ahora que pienso en ello me da tristeza, era una gordita rara, la perfecta combinacion para morir sola. No conozco persona alguna que se enamore de una gordita (seamos realistas, historias como Eleanor y Park no existen, es solo un maldito truco para que las chicas que realmente son gorditas unicas y diferentes no se sientan mal). En el colegio era una niña realmente rara y sentia que la gente me tachaba de loca, tambien era la sombra de mi mejor amiga, en fin...era un maldito desastre, la jodida cereza sobre el pastel era que mi mejor amiga aparte de ser popular y todas esas idioteces estudiantiles, me gustaba.
Era miercoles en la tarde, para ser mas exactos eran las 4:47 hacia un calor espantoso y tenia clase a las 6:00, no habia preparado clase ni nada de eso, cada dia ir al colegio era mas aburrido lo mas triste era que la diferencia de mi casa y el colegio no era mucha, en los dos lugares me sentia sola, abrumada y una tipica buena para nada.
La rarita del salon era yo, aunque tenia 3 amigos me sentia muy sola de miarda, en mis clases "extra" solo podia estar con mi amigo, asi que haciamos un poco de nada hasta las 9:00 (hora de salida). Usualmente yo salia del colegio y regresaba casi de inmediato a mi casa, mi lugar, mi cama, en fin mi escudo social. Un dia decidi no llegar temprano, entonces decidí salir con mi mejor amiga a dar una pequeña, dulce y tierna caminata en el parque de marihuanos (el cual quedaba justo en frente de mi casa).
Esa noche, mi trabajo de sombra iba de maravilla, estabamos totalmente comodas mi amiga y yo sentadas en esos bancos donde comunmente duermen los sin hogar, y "casualmente" llegó uno de estos muchachos marihuanos sin futuro y le ofreció sutilmente a mi amiga una goma (Yo moria por comer una de esas, eran mis favoritas). Todo iba normal hasta que lo ví, era el hijo de perra mas simpatico que mi pensamiento de lunatica pudiera imaginar, era como el hombre perfecto para una lesbiana...
Como era de esperarse el (el maravilloso y sensual barbudo) se dirijió hacia ella y le pidio conversar para luego darle un beso (Un beso casual que destruyó mi alma).
ESTÁS LEYENDO
El comienzo del fin.
RandomNo soy de describir ni esas cosas, si quieren leer algo random aqui estoy y si les llega gustar avisenme. Si pierdenel tiempo leyendo esta vaina pues soooory.