I Do...

Capítulo 1 | The hero

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La noche reinaba. Jóvenes salían de fiesta, amistades se reunían en el centro para pasar una tranquila noche, unas personas paseaban bajo la luz de la luna, otros trabajaban, gente que solo dormía e incluso amantes que disfrutaban de una hermosa velada.

Cada quien pasaba la noche a su manera.

En cambio en la oscuridad de un desolado callejón se escuchaban quejidos, risas, maldiciones, insultos e incluso golpes.

– A ver si ahora te haces el muy macho – pateaba con todas sus fuerzas, con unos horribles aires de grandeza.

– Maldito pendejo – se unía una voz quien remedaba las acciones del otro hombre.

– Hahaha solo es un marica de mierda – se burlaba alguien mas, cual tenía un móvil en mano con el que grababa lo que sucedía.

Un joven el suelo se quejaba , gemía y se retorcía de dolor cada vez que recibía un de esos golpes. Se encontraba lleno de heridas, sangrando e incluso delirando.

Aquellos hombres no se apiadaban, solo se dedicaban a seguir lanzando patadas tras patada satisfaciendo sus retorcidas ganas de dejarlo al borde de la muerte.

– ¡Ya déjenlo! – se escuchó un grito a lo lejos, llamando la atención de los abusivos.

– ¿Que mierdas? – habló uno de ellos.

De donde provino el grito se acercaba un chico a toda velocidad, entre la oscuridad era difícil divisar su aspecto. Llegó directamente a darle un buen puñetazo a uno de los golpeadores derribándolo de una.

El otro hombre que se mantenía ileso rápidamente se abalanzó tras el desconocido, tomándolo del hombro para darle la vuelta logrando darle un fuerte golpe en la mejilla. Pero el chico no tardó en reaccionar, el hombre recibió un rodillazo en el estomago seguido de un fuerte golpe en toda la cara cayendo directamente al suelo.

Si que daba buenos golpes.

El que aun se mantenía de pie, quien era el que sostenía el móvil, al darse cuenta de aquella escena huyó cobardemente.

Así mismo sucedió con los otros dos, entre la confusión optaron por dejar el lugar.

Permaneció allí parado por unos segundos, asegurándose de que no regresarían. Respiraba forzosamente por la adrenalina del momento, honestamente había actuado sin siquiera pensar. Solo se había lanzado a ayudar a alguien que ni siquiera conocía.

– ¡¿Oye, te encuentras bien?¡ – al final se acercó a quien estaba tendido en el suelo, un chico de cabellera castaña clara. Se encontraba en muy mal estado, era muy preocupante.

El joven golpeado abrió levemente los ojos al oír una voz, pudiendo ver a su salvador, un muchacho rubio de tez ligeramente morena. No era capaz de moverse, ni siquiera de hablar de lo mal herido que se encontraba.

No tardó en ver solo oscuridad y perder por completo el conocimiento.

– ¡Oye! ¡oye! Demonios – Estaba claramente preocupado, entre tanto golpe ni siquiera podía apreciar bien su rostro. Tras no recibir ninguna respuesta no tardó en sacar su móvil y llamar a una ambulancia.

– Tranquilo, todo estará bien ahora – sabia que no lo escuchaba pero de todas manera le hablaba.

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– ¿Conoces al chico? – habló el doctor.

– No, no tengo ni la mas mínima idea de quien es – respondió el rubio.