No se si soy buena expresando lo que siento, quizas nunca lo sabre. Ya no se bien si hago las cosas por necesidad o por que me arrastra una corriente con tanta fuerza.
Me siento extraña. Como si mi cuerpo se quedara a la mitad de algún lugar y mi espíritu huyera a toda velocidad. Diría que me siento como una hormiga pequeña he indefensa pero no es así. Las he observado en mis días de soledad. No son débiles como yo, su tamaño no las hace menos ni las hace rendirse. Mas yo soy como un tarro, al que un dia llenan con coloridos dulces, para el otro estar llena de objetos punzantes que arañan mi trasparencia. Otros días simplemente no tengo nada y no se si eso es mejor o peor.
Recuerdo esos días en que sólo me preocupaba el como atar mis agujetas, o aprender a jugar rayuela. Hoy desde aquí se ve tan lejano, incluso no parece haber pasado.
No le doy entrada a la soledad, mucho menos a la tristeza. Pero parece que tienen llaves propias. No se si todos se sienten así alguna vez. Como ir en una balsa a mitad del enorme oceano. Con el miedo de nunca encontrar tierra. Esa pequeña y desgastada balsa se empieza a desmoronar. Sabes bien que, hay criaturas allí que desconoces pero no se detendrán al devorar te.
Últimamente siento un temor muy grande, me llena, me invade. Tengo miedo que termine apagando lo poco que soy.
No tengo a donde ir. Me he quedado sin nada pero nadie lo ve. Tampoco quiero que lo hagan.
Ya todo arreglan con -Estarás bien-
Puedo imaginar a esas personas hechando un balde de agua a un volcán en erupción. Quizás no pueden hacer nada mas, todos tenemos problemas ¿no? Al final de cuentas no es su culpa que estes tan mal o que nada salga bien para ti.
Por eso guardo todas estas cosas en una pequeña cajita. La escondo debajo de mi delgada piel aun que duela. He llegado al punto de mi vida donde no me importa mi futuro, una sona neutral. Solo estoy allí mirando las cosas pasar sujetando con fuerza un trozo de mi roto corazón. No hay mas preguntas, ni dudas, no hay nada.
Todo se a vuelto vacío.
