Todo aquello que crezca bajo la sombra contra el sol,
No será más que un hijo del mal,
dando origen a la evolución depredatoria. O aquella forma de arte llamada psiquismo, sí..., es la inteligencia. Siempre intentando la supremacía los hijos del mal... Por eso morirán.
Pero es cierto, no son una raza superior, mucho menos inferior.
Ellos, los hijos del mal, darán origen a los seres, que por obra y gracia; ellos los primeros en razonar, serán los códigos genéticos de origen para la raza de los hijos del bien.
Se verán diferentes, esculpidos con la gracia del sol, se elegirán como los gobernantes y protectores del mundo.
Los nuevos soberanos hijos del sol, llevarán la civilización a otro nivel espiritual. Así sucesivamente formarán los coros celestiales. Uno tras otro, primero, el Meredith, "angel de corona".
El más simple de los coros dió origen al “ser de sabiduría”,el más poderoso de los seres, pues, es a imagen y semejanza del observador, siendo diferente al caso de los demás y diversas formas de vida; formas reflejo del sentir en todos los aspectos del creador. Como el león; es respeto.
La supremacía de las mentes es una sola conciencia, creada por la observación de la materia.
La forma más pequeña de existencia es una concepción infinitamente en desintegración; una tras otra plataforma sosteniendo a muchas más pequeñas, y, esas sucesivamente en ciclo infinito.
Un sistema tan complejo se debió por el implosionar de los dos opuestos, luz y sombra. Somos imagen de un sistema de creación llamado pre-imagen: es el motor de origen y se llama materia en fases alquímicas, la otra parte se llama materia proyectada a un complejo llamado dimensiones reflejo.
Las dimensiones reflejo, son cada uno de los coros celestiales evolucionado.
Meredich: ángel, es un ser de apariencia humana. Colmado con el aro de la sabiduría (información respaldada en materia) puede elevar el espíritu a un nivel superior al animal, vegetal, bacteriano, virus o toxico, dándole la capacidad de la observación de la conciencia creadora.
Así controlaron el espíritu, por medio de la mutación: la mejora de codigo de programación estructural. Es el lazo que nos une con la conciencia total; por eso la sed de conocimiento, por eso el hambre por la carne placentera.
No somos infinitos.
Los hijos del mal también mutarán, por eso la balanza nunca dejará de tambalearse luz, obscuridad y el arte de los colores: los seres Hibryd . Esto es motor del extraño tiempo. La observación del razonamiento.
Las rupturas de las dimensiones, son daños que la materia intemporal causa a aquello que se ve, pues es infinitamente pequeño, contra la finito razonamiento, al no poder saberlo todo, cómo sí lo hace la materia pura; pues ella misma es la información, los conduce a la evolución por lo tanto, mortalidad, ya que, en los hijos del mal, la descendencia; son los que vivirán el exótico proceso de la mutación.
La duda causará la muerte a los seres con razonamiento. Engendra miedo, desconfianza, dolor... Eso los hiere y envejecen. Crean su propio destino, pues, pueden observar solo poca información, guiándolos a límites de la conciencia, alejándonos de la infinita inconsciencia.
Esa balanza del tiempo, el pulso entre el mal y el bien. Dieron, dan y darán origen a las más grandes leyendas conocidas y por conocer.
