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-Tienes muchas agallas o eres estúpido al venir aquí, Jungkook–dijo un hombre de piel morena sentado detrás de un escritorio. Sus ojos marrones estaban fijos sobre el joven sentado delante de él.
-No es momento de hablar del pasado, estoy aquí en son de paz. Mira, hasta he dejado mi espada con tu secretaria – JungKook sonrió con descaro, como si quisiera decir que de tener su arma allí se la clavaría en el pecho – Solo he venido a preguntarte algo, Astol.
-Y supongo que no tengo opción de negarme a responder.
-Es lo que me gusta de ti, siempre sabes cuando no tienes opción.
-Las cosas han cambiado, así que te aconsejo no pasarte de la raya. Puedo hacer que te saquen de aquí en un pestañeo.-
-Pero no lo harás – Astol apretó los puños sobre sus rodillas con fuerzas. Era cierto, no lo haría, más bien, no podía, aquel joven aunque en apariencia no lo demostrará era alguien a quien simplemente prefería no tentar – Quiero que me digas donde están los arcángeles, o por lo menos si aún viven – Astol abrió los ojos con expresión de sorpresa, sin embargo, recompuso su mirada con rapidez.
-¿Por qué tendría que saberlo?
-Tú siempre lo sabes todo ¿Acaso no eres uno de los más fieles esbirros de Lucifer? – Astol frunció el ceño, aquel apelativo no le gustaba, a fin de cuentas solo era un juego de intereses del cual, procuraba siempre ser el ganador.
-No por ello tengo que saber siempre lo que el señor planea – ahora fue JungKook quien frunció el ceño.
-Astol, me he levantado... no. No he dormido en toda la noche. Tengo un humor de perros, y para colmo una piedra en el zapato que no saldrá volando hasta que pueda averiguar algo de los arcángeles. Eso sin decir que espero que lances un rayito de luz al oscuro día que tengo hoy, porque no estoy seguro de cómo reaccionare.
Astol trago saliva, el tono en las últimas palabras de JungKook sonaron más filosas que una espada, era peligroso e indudablemente estaba nervioso desde que lo vio entrar por la puerta de su oficina, aunque intentará ocultarlo bajo aquella expresión neutral que se cargaba. Pero le resultaba absurdo estarlo por la sola presencia de él, sin embargo aquel joven no era lo que parecía. Muchos decían que estaba loco, que era un perdedor, pero él tenía la seguridad y la información, de que lo suyo no era locura, sino demencia. Había visto con sus propios ojos cómo se enfrentaba a diez demonios a la vez, sin alas, sin espada, y... los venció a todos. Esa noche él estuvo al punto de morir bajo sus manos. De ahí a que estuviera nervioso, porque sabía que Jeon JungKook no necesitaba de su arma para matarlo. Astol se ajustó el nudo de su corbata roja sin dejar de mirarlo, un claro signo de su estado mental.
-No sé nada de los arcángeles – Repitió con la voz semi temblorosa, JungKook respiro profundamente – Te lo juro.
-¿Crees que el juramento de un demonio significa algo para mí?
-Te digo la verdad. Lo único que pude saber fue que Lucifer planeaba algo contra ellos, pero nunca supe que. Y eso fue hace ciento de años – JungKook se puso en pie con lentitud y Astol volvió a empuñar sus manos.
-De acuerdo – fue lo único que dijo.
Astol aligeró la presión sobre sus puños y dejó escapar un leve suspiro de alivio cuando vio al joven caminar hacia la puerta, se había librado de él sin siquiera haberse despeinado. Se pasó una mano por el rostro moreno y embozo una sonrisa de alivió, la cual no duro mucho, cuando Astol sintió como el aire se volvía pesado y a la vez frío, frunció el ceño con suavidad y cuando quiso reaccionar se topó con los oscuros ojos de JungKook a un palmo de su cara, quien lo sostenía por el cuello y le apuntaba al pecho con una espada, había ira en aquellos ojos, una ira asesina.
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Ángel-Demonio [KookMin]
FanfictionNada es lo que parece. JiMin un despistado ángel es dotado con la misión de encontrar a aquellos seres que devolverán la paz del mundo, alejando el mal provocado por los vástagos de Lucifer. El tiempo no es su mejor aliado, apremia y el apocalipsi...